miércoles, 24 de octubre de 2007

Recuperar la memoria

Lima, 24 de octubre del 2007.-

Solamente una vez, amé en la vida.
Solamente una vez y nada más…

…trinaba Javier Solis, en calidad monoaural en el pulcro, aunque algo desvencijado, auto compacto el día de ayer. No suelo fijarme en la marca del vehículo, por eso no lo recuerdo. Además, me enteré que era Javier Solis quien cantaba el melodioso bolero porque lo dijo el locutor de la radio. La ignorancia me ha puesto ha indagar sobre el origen de la tonada, pues también he leído referencias de la misma popular canción, citando a Agustín Lara.

De unos sesentaitantos años y de estilo prudente para conducir, el chofer disfrutaba de aquella música, pues tras cerrar conmigo el trato de la carrera, inmediatamente volvió a subir el volumen a su receptor.

De tanto en tanto, el locutor recordaba a sus radioescuchas que estaban en la sintonía del programa “La catedral del bolero”. En medio de la apacibilidad que puede provocar un bolero, este amable chofer, de frente amplia, vio una foto en el periódico que yo sostenía en mis manos y la nostalgia musical se fue por los suelos.

“¡Ese desgraciado!”, gruñó. La foto era de Julio Espinoza, el ex jefe del Seguro Integral de Salud (SIS) quien se entregó a la justicia, en medio de investigaciones y denuncias de sobrevaloración en las compras de alimentos para los damnificados del terremoto de Pisco.

Apenas empezó su retahíla de improperios, nada “bolerísticos”, contra el ex funcionario agregó “Igual que el otro”. Intuyendo de a quién se refería busqué la correspondiente página en el periódico y le pregunté “¿Este?”. “Sí –respondió- ese otro desgraciado”.

Esta vez se trataba de Paul Asurza, el empleado del INEI que arguye sufrir de lagunas mentales, que ocasionaron que olvidara pagar a los censadores a su cargo, los 11 mil soles correspondientes. Las noticias ya habían dado cuenta días atrás de que en represalia los censadores quemaron las actas del censo.

Una vez nada más se entrega el alma
con la dulce y total renunciación…

…continuaba Javier Solis, mientras que el ahora airado taxista repetía: “Pobres muchachos.”, “¡Qué son diez soles que van a recibir!”. Se lamentaba por los afectados del supuesto olvido del funcionario y también de que ahora el censo, del domingo pasado, tendrá menos información para cumplir su propósito, por las actas quemadas.

“Si lo tuviera en frente… ahhgg” – dijo apretando los dientes y cerrando el puño bruscamente. Lo quedé mirando expectante para que definiera cómo encausaría su furia contra el olvidadizo Asurza. “Lo mandaría a la cárcel”, precisó.

Un bolero después, el justiciero chofer ya estaba más calmado. Ya había empezado la tanda comercial de “La catedral del bolero” la cual nos resultó jocosa, pues una locutora anunciaba más o menos algo así: “¿Señor, señora, no sabe dónde deja las llaves? ¿Se le olvidan las cosas?” y continuó con otros ejemplos de olvidos antes de animar a sus radioyentes a conocer la solución a la pérdida de la memoria sintonizando su programa sobre medicina natural. No recuerdo el nombre del programa promocionado pero calculo que basta una llamada a la radio de “La catedral del bolero”, para que quien esté interesado obtenga la información.

La risa no se hizo esperar junto con el comentario irónico del taxista de que “el desgraciado ese debería sintonizar el programa”.

sábado, 20 de octubre de 2007

Financieras de la confianza. 2da parte

Lima, 20 de octubre del 2007.- El destino cruzó en mi camino nuevamente hace un par de días al taxi del patita del post “Financieras de la confianza”, del 3 de octubre. “Creo que yo te he llevado antes”, dijo el conductor. Hice memoria, recordé su rostro, su post y le contesté: “Sí. Ya lo recuerdo. ¿Cómo van las juntas?” y el viaje fue la continuación de nuestra tertulia pasada, prácticamente para comprobar que su economía continuaba consolidándose.

Me contó que ahora solo debía cinco cuotas de la junta en la que se embarcó para pagar el préstamo para comprar su auto, el mismo en el que viajé la vez pasada y el mismo de esta carrera.

También relató que su hermano decidió retirar el dinero de la junta por lo que ganó el remate respectivo con el 8% de interés.

Sintiéndome casi en una de mis entrevistas de trabajo, le pregunte que cuando termine de pagar este préstamo, cuál sería su siguiente proyecto financiero. Sin dudar contestó que ya está planeando adquirir otro vehículo para que lo “taxee” un chofer. Esta vez el proyecto será más ambicioso y será un carro “seminuevo”.

Tras las preguntas necesarias para la aclaración respectiva estas serían las categorías de los vehículos de segunda mano:

- Usado (con más de 5 años de antigüedad)

- Seminuevo (con menos menos de 5 de antigüedad)

Un carro “seminuevo” bordea los US$9.000, pero con los intereses te sale por US$13.000, me dijo. Para esta nueva aventura ya realizó las averiguaciones necesarias en la asociación “Mano de Dios”, entidad que presta servicios diversos a los taxistas afiliados, entre estas prestaciones se encuentra el financiamiento de automóviles.

Después de inscribirse se pagan US$25 semanales, mientras no se obtiene el vehículo. Al tenerlo, se pasa a pagar US$75 semanales. Uno puede solicitar un auto, una station wagon o una 4 x 4, inclusive hasta se puede pedir dinero en efectivo (hasta US$ 7.000 según tenía entendido el muchacho).

Este joven padre de familia, pedirá una station wagon, pero a pesar de que será mas nueva, el se quedará trabajando con su auto viejito, pues prefiere este modelo. Quedé intrigado con la razón de su preferencia. Reveló que aparte del gusto por la apariencia del automóvil sobre la figura de la camioneta, lo hacía para no efectuar carreras en las que tuviera que cargar bultos en la maletera. Interesante postura de este emprendedor, quien no ve la falta de maletera como una limitación, sino como una comodidad para él mismo.

Mejor que el fútbol peruano, Discovery Channel

Lima 20 de octubre del 2007.- El jueves 18 de octubre, tras la derrota 2-0 contra Chile del día anterior, al taxista le resultó inevitable hablar del tema. Su gruesa figura, de adiposa relevancia abdominal, no revelaba al jugador semiprofesional que había sido en su juventud, según me contó.

Apasionado por el balompié, el taxista, cercano a las cinco décadas, encontró el origen del nuestro lamentable fútbol nacional en la FPF y en el cambio de esquema de las ligas. Recordó que en sus tiempos mozos, cada barrio tenía una escuadra, inscrita en la liga, de tercera categoría, de su respectivo distrito. Se realizaban campeonatos y el camino hacia la primera división era mucho más extenso que hoy en día. Por eso, argumentó, había mayor competencia y por ende el fútbol era mejor.

Pero también reconoció que muchas escuelas de fútbol hoy en día toman el asunto con una visión más profesional, pues en tiempos de la adolescencia de este señor, todo era más que nada por amor al deporte. La carrera de taxi le dio tiempo para enumerar más de una decena de clubes de Breña, su barrio cuando niño. También recordó con nostalgia la anécdota de cuando su equipo quedó descalificado en el campeonato más importante de barrios, al cambiar súbitamente -los organizadores- los días de juego a los domingos.

A la sazón de los 15 o 16 años que tenían los jugadores de su equipo, tal decisión no podía ser más terrible, pues solían salir de juerga los sábados por la noche, bien enternados, “porque a las fiestas se iba en terno”, acotó con añoranza, y agregó además salían ya equipados con el maletín de deporte en la mano, para el juego del siguiente día, pues pasaban directamente de la diversión a la competencia.

Obviamente, el domingo por la mañana en la cancha los contrincantes parecían pasar por su costado a la velocidad de la luz, sin darles tiempo siquiera a despegar el pie del suelo.

También le quedó tiempo para comentarme de uno de sus grandes compañeros, el mejor jugador de este equipo de barrio, quien se perfilaba como un astro del fútbol. Sin embargo, siendo aún menor de edad, los padres del brillante compañero decidieron romper un jugoso cheque de un club local que pretendía ficharlo, pues le dieron prioridad a que tuviera una carrera universitaria. Agregó que su amigo hubiera llegado a ser uno de los mejores cracks del fútbol peruano, ya que tenía los dotes para ello. Hoy es un exitoso abogado, dijo.

Con tanta afición en sus venas, su pasión por la expectación del fútbol no podía ser menor que su desesperación cuando la escuadra peruana iba perdiendo frente a Chile, el pasado miércoles. “Yo reniego cuando vamos perdiendo”, confesó, y dijo que su familia y amigos le aconsejan que no lo haga, pues tendrá muchos malos ratos viendo jugar al equipo peruano. Me contó que hasta su pequeña hija de cuatro años le aconsejó que para que no sufriera, mejor no viera el partido, diciéndole: “Papá, mejor pon Discovery Channel”.

Fama, dinero y derrota 2-0

Lima, 20 de octubre del 2007.- A más de una persona he escuchado decir que no habla con los taxistas porque éstos solo saben conversar de fútbol. A pesar de que tengo pocos meses blogeando sobre el tema de los taxis, he constatado que no es así necesariamente. Es más, este será el primer o segundo post sobre este deporte, pero perfectamente podría caer dentro de la categoría de temas de actualidad noticiosa, pues los partidos por las eliminatorias al mundial están en boca de todos, inclusive de los poco fervientes seguidores del balompié, como yo.

El miércoles 17 de octubre, antes del partido contra Chile, el taxista me preguntó mi pronóstico del resultado. No estoy acostumbrado a realizar este tipo de predicciones, así que un breve análisis de empatado partido anterior, de la situación del fútbol en las últimas 6 eliminatorias mundialistas y del manejo de este deporte a nivel país, me llevaron a decirle que perderíamos uno a cero.

No me dijo nada al respecto, ni tampoco reveló sus predicciones, pero pasó recordar mejores tiempos de antaño en el fútbol peruano, para concluir explicando por qué nuestros seleccionados, que brillan en el fútbol mundial, se opacan al vestir la blanquiroja.

Para este taxista, que superaba el medio siglo de edad, la razón del pobre desempeño es que juegan sin motivación patriótica. La mayor motivación de estos jugadores es el dinero y la fama y ambos elementos ya los tienen en sus respectivos clubes del extranjero, explicó el conductor. Detalló que bajo estas condiciones no tienen razón entregar todo en la cancha, pues se arriesgarían a lesionarse y eso sí atentaría contra sus bolsillos y por ende a su fama en el extranjero. El incentivo económico que les da el Gobierno si ganamos “es un sencillo”, para ellos, agregó el conductor.

Quienes se sacan la mugre en la cancha son solo los desconocidos que aún deben demostrarle a la tribuna de reclutadores de clubes internacionales, que son buenos, en opinión del taxista. Anotó que hay honrosas excepciones, como Paolo Guerrero, quienes realmente sudan la camiseta por el Perú.

Y sobre la influencia negativa de la controvertida administración de la Federación Peruana de Fútbol, opinó que no tiene nada que ver con el desempeño deportivo. Dijo que definitivamente en la FPF se ocultan malos manejos que enriquecen muchas personas, pero que al final no tiene nada que ver en la forma como se desenvuelve en la cancha un jugador.

Nunca me dijo su pronóstico, pero creo que era más acertado que el mío, pues al momento de bajar me dijo: “Ojalá tengas razón y solo sea uno a cero”.

Depende del vehículo con que se mire

Lima, 20 de octubre del 2007.- Hace 10 días que no he podido postear. Así que con fecha de hoy saldrán cuatro entradas en las que he recogido las tertulias más interesantes de estos días.

El primer post será el absurdo y fracasado paro de transportes; el segundo, las predicciones para el partido contra Chile; el tercero, sobre el fracasado partido de fútbol de nuestra selección y para no seguir hablando de fracasos el cuarto será una alentadora crónica del progreso que se logra con el ahorro y el trabajo: la segunda parte del post “Financieras de la confianza”.

Vamos con el primer tema. Para delimitar el contexto, el pasado lunes 15 se desarrolló un paro de transportes. Esta vez los transportistas reclamaban que se eliminara el monopolio en las revisiones técnicas, pues es una sola empresa la encargada de verificar el buen funcionamiento de los vehículos, gracias a que ganó la licitación correspondiente.

Días previos al paro un taxista me decía que estaba en contra de la medida de fuerza, pues le parecía saludable que se realizaran las revisiones técnicas. Lo del monopolio lo veía solo como un pretexto para no reparar los automóviles. Este muchacho no era dueño del vehículo en el que nos desplazábamos y explicaba que como chofer le convenía trabajar en un vehículo en óptimas condiciones técnicas; sin embargo –decía- son los dueños quienes no desean desembolsar el dinero para las reparaciones y por eso han buscado el pretexto del monopolio. El pata contaba que la dueña del taxi que conduce, tiene otros cinco vehículos, algunos de ellos “echan humo como locomotora”, así que puede tratarse de gastos considerables en reparaciones.

Contrariamente, un par de días después, otro taxista estaba de acuerdo con el paro, a pesar de que tampoco era suyo el vehículo con el que trabajaba. Pero su convicción no tenía nada que ver con el monopolio, lo cual también le pareció una tonta excusa. ¡Qué le importaba el paro! Este compadre, un poco mayor que el pata anterior, estaba más preocupado por los reclamos contra el alcalde Castañeda. Decía que había muchos abusos por parte de esta administración edil, los cuales debían cesar. El paro, si bien no tenía asidero, era una forma más de demostrar el descontento contra el burgomaestre limeño, opinaba.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Conciencia culpable

Lima, 10 de octubre del 2007.- Según un informe de la Dirección Nacional de Inteligencia, recogido en un diario capitalino, Sendero Luminoso alista ataques en diversas localidades del Perú y fortalece su presencia en las principales universidades nacionales. “¿El pueblo pedirá que suelten a Fujimori para que combata el terrorismo?”, le pregunté al taxista en tono de broma. “Fácil que sí”, respondió entre risas, pero luego pasó a la parte seria.

El conductor, que rozaría los 28 años dijo haber sido fujimorista hasta el año 2000, pero los indicios de fraude en las elecciones de ese año hicieron tambalear su firme simpatía hacia el entonces oficialista partido de Alberto Fujimori. El destape de los vladivideos, que reflejaron la corrupción gubernamental en pleno, defraudó la confianza política del joven en el régimen. “Se me cayó el chino”, recordó el taxista, quien opinó que Fujimori no estará preso más de 10 años. “El chinito hizo mal las cosas y va a estar bien guardadito por un buen tiempo”, anotó.

Inmediatamente lanzó una reflexión y dijo que él no aguantaría estar preso en la cárcel, que privado de su libertad un día se le haría un año, alejado de sus dos hijos de cinco y cuatro años.

“Si estuviera en esa situación, no sé que haría”, dijo el chofer, pero precisó que en ese caso más que estar encerrado entre cuatro paredes lo que no soportaría sería su conciencia.

Me llamó la atención su integridad: que el actuar incorrectamente torturara más a este taxista que el castigo mismo de la cárcel. Pero inmediatamente se aclaró la intriga, especificando que no trataba de lamentaciones por los delitos, sino por un paso en falso. Así, continuó con su explicación de que no soportaría su conciencia, la cual le recordaría constantemente: “pudiendo estar en Japón, estás aquí por huevón”. Hasta con rima le salió.

sábado, 6 de octubre de 2007

A.P.R.A. y A.L.A.N.

Lima, 06 de octubre del 2007.- Mientras hacíamos un recuento de los detalles estadísticos sobre el descenso de la popularidad del aprista presidente García, con tono severo el taxista interrumpió: “¿Tú sabes lo que significa Apra?”

Desconcertado por la elemental pregunta, pensé que el conductor quería asegurarse de no estar hablando con un bisoño en política popular. Con la misma seriedad, pero con aire dubitativo contesté: “Alianza Popular Revolucionaria Americana”.

Desviando la vista del camino por un segundo, me miró directamente. Ese instante me hizo retroceder a la época escolar, sintiéndome en un examen oral frente al profesor de historia del Perú, en el segundo año de secundaria –creo– cuando aprendí el significado de tal acrónimo político.

Un breve silencio precedió a lo que yo esperaba que fuera su aprobación o alguna otra explicación. Pensé inmediatamente en algún misterio histórico obviado por mi memoria o un reciente cambio en el acrónimo, del cual no estaba yo enterado.

“Eso mismo decía yo –pronunció por fin– cuando mi hijo de 10 años me hizo la misma pregunta”. Entonces entendí por dónde iba el asunto. “Alan patea rico atrás”, sentenció justo antes de soltar una carcajada.

Reveló que frente a la pregunta pensó que su retoño andaba interesado en la actualidad política, me explicó que el chiste lo había aprendido en el colegio y dijo estar sorprendido: “Esos cojudos tienen 10 años y mira lo que hablan”. Carcajadas, nuevamente.

El viaje concluyó entre risas con otro gracioso acrónimo, también cortesía de su vástago. “Alan: Arroz, Leche, Azúcar, No hay”.

jueves, 4 de octubre de 2007

Alquiler venta contra la pereza


Lima, 04 de octubre del 2007.- Dos celulares idénticos en uno de los compartimentos del tablero del taxi llamaron mi atención esta mañana. Aunque para mí no resulta inquietante el hecho de andar con más de un teléfono en los bolsillos, personas cercanas dicen haber detectado en mí cierta manía por las telecomunicaciones. No discutiré ese asunto hoy, pero sí he de corroborar lo que todos vemos: que la mayoría de los mortales utiliza solo un aparato celular.


Con esta curiosidad como tópico, iniciamos la conversación. “Es que uno es Movistar y el otro es Claro”, precisó este taxista que bordearía los 27 años y continuó explicándome que siempre está pendiente de las promociones de recarga celular de ambas compañías operadoras. De esta manera puede llamar a números telefónicos de cualquiera de los dos operadores con tarifas ventajosas.


Aunque opino que esa multiplicidad telefónica puede resultar económicamente conveniente, sé que no es común encontrarse con gente que piense de esa manera, y creo que tampoco es común que se decida ese tipo de compra dual, sin un motivo más o menos interesante.


Efectivamente –prosigió con su relato– el segundo equipo se lo debe a la persona que le da el carro en alquiler-venta. No es un simple prepago, sino un teléfono Claro de la red RPC, aquel servicio para empresas que permite llamadas, con tarifa plana, a los demás miembros de ese sistema. Viene a ser la competencia del sistema RPM de Movistar.


¿Cuánto le cuesta cuánto le vale? S/.60 mensuales, incluidos 25 minutos libres para llamar a cualquier número. El consumo adicional depende de las tarjetas que necesite comprar o de las promociones de recarga que logre aprovechar el taxista.

Los S/.60 mensuales se suman a los S/.50 diarios que por tres años deberá cancelar oportunamente al empresario dedicado al negocio de alquiler-venta de automóviles, con quien mantiene un contrato. Hay que precisar, que diarios significa de lunes a sábado.


La diferencia con el sistema de alquiler, es que en este caso el carro es total responsabilidad del taxista. Es decir, éste se encarga del cuidado y mantenimiento del mismo y no el dueño, como sucede en el caso de alquiler.


El chofer continuó relatándome que este es el segundo automóvil que obtiene bajo este método. El primero fue más rápido, pues se trataba de un auto “recuperado”. Es decir, el dueño se lo quitó al taxista anterior después de algo más de un año de trabajo y numerosos incidentes de morosidad que –supongo– invalidaron el contrato inicial. El nuevo conductor solo debía terminar de pagar los dos años que restaban de la deuda.

Una vez concluido el pago del primer vehículo el muchacho se animó por adquirir el segundo, pero no precisamente por la búsqueda de la prosperidad económica como primer motivo, sino por otra razón, peculiar, pero válida: “por no ser conformista”, según dijo. En su opinión, si se quedaba solo con el primer automóvil se hubiera conformado con llegar a casa diariamente aunque sea con S/.20 de ganancia. Sin tener la presión de una deuda que pagar, el paulatino relajo lo hubiera llevado a una extrema pereza. O al menos eso es lo que temía.


Por eso prefirió embarcarse, hace un mes, en la segunda aventura financiera, con la cual está contento, pues sigue ganando dinero y no pierde las ganas de trabajar y prosperar.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Financieras de la confianza

Lima, 03 de octubre del 2007.- Con la noticia del dólar cayendo exhibiéndose otro día más en las primeras planas, el tema de la carrera de hoy estaba casi planteado. A diferencia del maduro y amable conductor del día de ayer, que hizo gala de una cátedra de economía explicando los motivos del fenómeno monetario, hoy el joven conductor me preguntó si le podía ilustrar por qué estaban ocurriendo estos movimientos cambiarios.

Tras una sencilla explicación comparando al dólar con un producto en el mercado, entendió rápidamente que el exceso de oferta era la causa de la bajada del precio. Movió la cabeza tratando de hacer unos cálculos que le ayudé a completar. Se lamentó que la moneda verde no hubiese tenido ese precio hace un mes, cuando cambió los soles necesarios para adquirir el auto en el que viajábamos, en tres mil dólares.

Con 21 años de edad, una esposa de 19 y una hija de brazos, este pata tal vez no sabía de fenómenos macroeconómicos, pero me dio la impresión de dominar muy bien sus finanzas familiares.

El mencionado vehículo es el fruto de año y medio de ahorro –trabajando como taxista–, más mil dólares de préstamo de un familiar. El año anterior a ese período lo dedicó a equipar su casa: cama, ropero, televisor, DVD, refrigeradora, mampara, juguetes para la pequeña, “y todo lo necesario para el hogar”, según sus palabras.

Para completar la historia, me contó cómo es que pensaba pagarle a su hermano el préstamo recibido. Este mozo del volante dijo no creer en el ahorro diario pues uno termina gastándose la plata; y ni por asomo mencionó bancos o financieras. El sistema de su predilección para obtener liquidez son las “juntas”, también conocidas como panderos.

Actualmente participa de una junta de S/.3.000 que serán para honrar ese préstamo filial, sin intereses. De este sistema participan 10 personas que aportan S/.100 soles cada uno. Semanalmente S/. 1.000 son adjudicados a alguno del grupo. Como el monto requerido era mayor, el taxista participa con tres “números”, es decir tomando el lugar de tres personas. Adicionalmente participa de otra junta de S/.20 semanales “para tener un pequeño ahorro de S/.200”, dijo, agregando que “serán dos meses y medio de sufrimiento, pero ya no deberé nada”.

También me manifestó su interés por participar en cierto tipo de “juntas” de US$ 2.000 (con pagos quincenales de US$ 100). El atractivo es que quienes desea llevarse el dinero por anticipado deben ganarlo en un remate, sacrificando parte de su pozo. El que sacrifica más, se lo lleva en esa quincena. Usualmente las pujas en el remate oscilan alrededor del 15% del pozo, monto que es repartido entre el resto de los integrantes. “Ese si es bonito porque ganas intereses”, dijo entusiasmado. Si hacemos cálculos quienes decidan esperar por su dinero, obtendrían un promedio de US$ 31 mensuales, mientras duren los remates.

Al preguntarle sobre la seguridad de que todos los participantes cumplan puntualmente con los pagos, explicó que en esas juntas solo participan familiares y amigos cercanos de comprobada puntualidad financiera, además por cada día que se deja de pagar son US$ 5.00 de mora, según detalló.

martes, 2 de octubre de 2007

Consejos para cambiar dólares

Lima, 02 de octubre del 2007.- Por estos días no solo los economistas, sino la gente común y corriente está bastante pendiente del precio del dólar. Algunos taxistas también comentan las teorías que sustentan la caída fenomenal que ha experimentado la moneda estadounidense en nuestro país.

El amable conductor de taxi, esta mañana no solo me expuso sus teorías económicas sobre el fenómeno cambiario, sino que se concentró en darme consejos para el momento de cambiar dólares en la calle.

“Los cambistas son mosca”, me dijo, haciéndome recordar el título de un post que escribí recientemente, sobre un disímil tema. “Te venden o compran el dólar de acuerdo a la cara que te ven”. Le comenté que hacía unos momentos había escuchado que la compra estaba a S/.3,04 y acotó que hasta llegan a pagar S/.3,0.

Por eso –continuó con sus consejos– cuando necesita comprar dólares les pregunta a los cambistas a cómo compran. "Así los jodo", sentenció explicando que después que le dicen el precio les indica que en realidad quiere comprar; y como la diferencia solo puede ser de unos tres o cuatro puntos entre la compra y la venta, "me acerco al precio real", explicó.

Lo mismo ocurre si quiere vender dólares. Primero les pregunta a cómo lo venden y luego revela sus verdaderas intenciones transaccionales, según confesó.

Antes de que yo bajara del taxi su consejo final fue que aprovechara y comprara dólares, pues estaba barato. Y claro que no olvidara su método para hallar el justo precio.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Los gringos son "mosca"


Lima, jueves 06 de setiembre del 2007.- De hablar fuerte y decidido, matizado con algunos ajos y cebollas, el taxista de figura pesada no se cansaba de repetir “los gringos son mosca”, en alusión a la noticia de que los peruanos ilegales en EE.UU. podrían ser deportados próximamente.

“Casi un millón pueden ser deportados de ese país”, versaba en letras más pequeñas el titular y el conductor opinó al respecto que la mayoría de compatriotas que están en jaque, seguramente efectuaron alguna clase de registro oficial aogiéndose a programas gubernamentales para poder permanecer en el país del norte, índicó.

Sin dejar de repetir que “los gringos son mosca”, pasó a explkicar que la lotería de visas a los EE.UU., tan popular en nuestro país en los últimos años, también es una treta. "Regalan 20 visas pero consiguen una base de datos de 200 mil incautos que quieren ir a vivir allá" –sentenció. Recordó el caso de su vecino quien presentó sus papeles, animado porque en una ocasión anterior un primo había conseguido el ansiado premio.

Mientras el vecino le decía que la lotería “sí es firme”, el trataba de desengañarlo explicándole que efectivamente, unos cuantos salen sorteados, pero que el resto queda registrado en una base de datos gracias a la ficha de inscripción. “La próxima vez que vas a pedir visa la computadora te busca –indicó. Puedes cambiar de nombre, dirección, lo que quieras. Pero Una vez que tienen tu caramelo (*), te jodiste”, sentenció.

viernes, 24 de agosto de 2007

Figuretismo sísmico


Lima, viernes 24 de agosto del 2007.- La palabra “figuretismo” aún no existe oficialmente para la Real Academia Española (RAE), pero gracias a los programas de chismes ha pasado a formar parte del léxico popular desde hace algunos años. Tampoco existe para la RAE la palabra “figureti” o sus derivados. No sé si en otras latitudes exista una jerga similar, pero en Perú todo el mundo sabe que ésta describe a un (a) exhibicionista mediático (a).

Hoy perdí la cuenta de las veces que el chofer del taxi empleó este término, sus derivados y conjugaciones. Pero más allá de la anécdota lingüística, rescataré del hall de la fama de los personajes que aprovecharon el fatídico sismo de Pisco, para escalar en el mundo del figuretismo, en opinión del conductor del vehículo, a los dos primeros.

Sin ningún orden de méritos en especial, la primera mencionada de la lista fue la conductora de televisión Laura Bozo. Tildada ya hace días de figureti por su colega Magaly Medina, la “doctora de los pobres” desató varios minutos de iracundos comentarios del chofer, dándole la razón a algunos titulares que señalan que la “Señorita” (como es conocida la Bozo en Latinoamérica) no solo no llevó ayuda sino que animó a los pobladores a alzarse en protestas.

Solicité al taxista que precisara sus fuentes para afirmar tales graves acusaciones. Dijo que lo había leído en las noticias y para él no cabía duda de que así sucedió. Bueno, la veracidad y la credibilidad del cuarto poder no es materia de este post, así que continuemos con los “figureti awards”.

El segundo galardonado con el título fue el ministro de la Producción, Rafael Rey, sumándose el taxista a las múltiples críticas por el lanzamiento del conmemorativo “Pisco 7.9”, una edición especial de nuestro licor de bandera, cuyo nombre hace alusión a la magnitud del sismo. Este destilado de uva será el regalo oficial para agradecer a presidentes de diversos países y entidades extranjeras que prestaron su ayuda para socorrer a las víctimas del terremoto.

“¿No tiene nada mejor que hacer el ministro?”, lanzó el conductor la pregunta al aire, comentando que al igual que diversos sectores de la sociedad considera de mal gusto y una falta de respeto esta botella de la discordia. Algunos políticos han cuestionado con ironía en los medios de comunicación si el trago será acaso para brindar por los muertos del terremoto.

La lista del taxista incluyó también congresistas y artistas. Al final, resumió: “Todos aprovecharon el terremoto para el figuretismo”.

¡Ya está en cana!

Lima, viernes 24 de agosto del 2007.- “¿Y… amigo? ¿Qué dicen los temblores?” Inquirió el chofer tras apenas haber yo cerrado la puerta del taxi al subir. Antes de que pudiera pronunciar palabra alguna, él mismo contestó la interrogante diciendo que aunque la gente ya está más tranquila y muchos ya se olvidaron de comentar el tema, nadie piensa dos veces en escapar hacia la calle ante cualquier ligero remezón que se deje sentir.

Durante los siguientes cinco minutos de este viaje, ayer por la mañana, seguí escuchando los comentarios del taxista sobre diversos tópicos referentes al sismo. Con la boca convertida en metralleta esparciendo 20 mil palabras por minuto, hizo un repaso de los mayores acontecimientos vinculados al terremoto, en apenas unas cuantas cuadras de recorrido.

Habló raudamente de los que han quedado sin casa y sufren penurias en Pisco, Chincha, Cañete e Ica; de la triste noticia de la bebé que murió de frío; de los rescatados de entre los escombros; pero pausó su discurso al mencionar los detenidos que robaron donaciones destinadas a los damnificados.

“¡Son unos desgraciados!”, gruñó. “!Unos malditos!… como dijo Alan García”, agregó.

Aunque en realidad nuestro presidente maldijo en su discurso post sismo a los especuladores que aprovecharon el evento para subir los precios a los bienes que requería la población afectada, creo resulta comprensible la analogía del taxista.

Con este son tres los posts en los que relato la espontánea indignación de los transportistas ante los delictivas actitudes de empleados y funcionarios responsables de canalizar la ayuda a los pobladores afectados del sur.

Parece que todo el mundo estaba esperando un desenlace ejemplar, en el cual los malos son castigados y la confianza en las autoridades y voluntarios que manejan la ayuda se restablece como por arte de magia. Sin embargo, los periódicos y noticieros siguen propinándonos encontronazos. En Huancayo, Chiclayo y Callao, hasta el momento, continúan reportándose casos de robos de donaciones.

Parte de nuestra sociedad, que niega una moneda al mendigo paralítico, porque tiene fundadas razones para creer que por la noche se levantará de su silla de ruedas y saldrá caminando rumbo a la diversión, hizo esta vez a un lado la desconfiada mezquindad. Afortunadamente los delictivos acontecimientos parecen no haber hecho mucha mella en la generosa buena voluntad de las personas.

Esa misma noche, en otra carrera, sin ningún marco previo le pregunté al taxista “¿Ya la llevaron a Santa Mónica?”(*). “Yaaaaaaaaaa. Ya está en cana”, sentenció con un suspiro de alivio antes de continuar con reflexiones similares a los de sus colegas de este y los posts anteriores acerca de los atrapados funcionarios y trabajadores roba donaciones.

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(*)Agrego este pie explicativo para los lectores ajenos a nuestra realidad. Santa Mónica es una conocida cárcel limeña para mujeres y la aludida nueva rea es la del post "La ayuda no sobra"

miércoles, 22 de agosto de 2007

¡Es un atorrante!


Lima, miércoles 22 de agosto del 2007.- Tal como informan las noticias, el mal ejemplo expande y el día de hoy el protagonismo periodístico le tocó a un chofer de la región Callao, al habérsele encontrado en su vivienda productos destinados a los damnificados de Cañete, Pisco, Chincha e Ica, por el reciente sismo.

Con pulcritud en su vestir, su vehículo y su hablar, el conductor expresó en voz alta su indignación por la noticia, aunque sin procacidades de por medio. Actitud que –me refiero a la ausencia de ajos y cebollas– imagino se debe en parte a su reglamento empresarial, pues pertenecía a una compañía de servicios de taxi, cosa que yo ignoraba cuando abordé el vehículo.

“¡Es un atorrante!”, dijo categóricamente agregando casi la misma frase del chofer del día de ayer “¡Con tantos niños que se están muriendo de hambre en el sur!”. Calificó de desalmado a Héctor Roca Morales, el chofer de las noticias, pues dijo que debería sentirse agradecido de tener una casa, a diferencia de los sufridos sureños que han perdido sus bienes y sus familias.

Recordando lo que vio en las noticias del día anterior, dijo que el acusado tiene una bodega y que seguramente en ella hubieran acabado la leche, arroz, atún, azúcar y frazadas que sustrajo. Alegrándose de que haya sido capturado expresó su deseo de que le caiga todo el peso de la ley –hasta 10 años de prisión, según los informes.

La ayuda no sobra


Lima, miércoles 22 de agosto del 2007.- Con procaz indignación, el quincuagenario chofer que me transportó ayer adornó de copiosos e insultantes adjetivos a María Rosas García, la subgerente de Defensa Civil del municipio de La Victoria, quien desde el lunes capturó la atención de las autoridades y la prensa al haberse comprobado que descargó en su vivienda donaciones recolectadas para los damnificados del fatídico terremoto que afectó gravemente Pisco, Chincha e Ica, el pasado miércoles 15.
Para este taxista no había duda. No se trató de un malentendido y no creyó en las buenas intenciones declaradas por la sorprendida funcionaria, quien alegó… Bueno, ya he visto en las noticias más de una versión al respecto: que si fue por lo avanzado de la hora o por que se trataba de un excedente de lo recolectado, lo que originó que las donaciones terminaran en su morada. Ninguna versión satisfizo al conductor.

“¡Cómo va a ser un excedente! ¡Es una …! Con tanta criatura que se está muriendo de hambre allá en el sur”, vociferó. No reproduciré la totalidad de adjetivos empleados por el –para entonces– contrariado taxista.

Con su leve acento andino, también desestimó la otra versión sobre lo avanzado de la hora. Si están recibiendo donaciones en todas partes, en la calle misma, pudo haberlas dejado en cualquier lugar, expresó el conductor, agregando que si era muy tarde también pudo haber ido a una comisaría para estacionar el camión por unas horas hasta que abrieran los centros de recolección.

viernes, 17 de agosto de 2007

Cóbrame lo que quieras


Lima, viernes 17 de agosto del 2007.- La devastación causada en Pisco, Chincha, Cañete e Ica por el terremoto del miércoles sigue siendo indudablemente el tema principal en las noticias. En Lima, a pesar que hubo lamentables pérdidas humanas y graves daños materiales, las consecuencias fueron abismalmente leves en comparación con las del sur del país. Pero la ciudad aún no vuelve a la normalidad y los comentarios respecto al evento se avivan con cada remezón de las réplicas que, dos días después, aún se dejan sentir. En cada taxi que abordo no se puede hablar de otra cosa más que del telúrico incidente, de cómo lo vivieron los conductores y del pesar que se vive por la gente del sureño departamento.

Uno de los taxistas que me transportó recordó que al iniciarse el sismo del miércoles se encontraba en el distrito de La Molina y su pasajero, quien acababa de salir del edificio frente al cual se había detenido el taxi, aún no subía al vehículo.

Al empezar la tembladera, presuroso el conductor le indicó a su cliente que subiera al vehículo para avanzar media cuadra hasta donde se levantaban viviendas de dos pisos y así alejarse del alto edificio frente al cual se encontraban.

Sin pensarlo dos veces el flaquito –como describió a su pasajero– subió al vehículo y rodaron hacia la zona segura. “Seguramente el pata vive solo –dijo, refiriéndose a su pasajero–. Porque si mi familia hubiera estado adentro yo me meto al edificio a buscarlos en lugar de irme”.

Esta mañana, la réplica sísmica sorprendió a este taxista detenido en una luz roja con una señora como pasajera. Confundiendo el leve sismo con el movimiento del auto, pensó que “la palanca estaba enganchada y por eso zapateaba”. Pero al bajar la mirada y ver el auto en neutro, supo de qué se trataba. Junto con su pasajera, que hasta ese momento no se había sobresaltado, comprobó el sismo al escuchar el reporte del locutor en la radio y ver a la gente desalojar presurosa los inmuebles, a su alrededor.

Otro taxista me comentó que después del movimiento y sin lograr comunicarse por celular con su familia, decidió irse a casa, recogiendo únicamente pasajeros que estuvieran en su ruta. Con el taxi ya ocupado, otros transeúntes le solicitaban por la ventanilla del auto a los pasajeros compartir el vehículo para que los acercaran a diversos destinos –recuerda el conductor sobre aquellos momentos de incertidumbre vividos por todos.

Entre los pasajeros que rechazó aquel día varios le suplicaron “Cóbrame lo que quieras, pero llévame”. El afán del taxista por llegar a ver a sus pequeños hijos y a su esposa lo mantuvo en ruta directa hacia el hogar. “Me hubiera hecho millonario ese día”, dijo en tono de broma, agregando que “si hubiera estado soltero seguro seguía haciendo taxi el miércoles”.

jueves, 16 de agosto de 2007

¿Cómo te sorprendió el temblor?


Lima, jueves 16 de agosto del 2007.- Casi todo el Perú quedó paralizado ayer durante dos angustiantes minutos, debido al fuerte sismo que nos sacudió. Tras la conmoción, el ingrato impacto para muchos peruanos fue ver la real magnitud de los daños ocasionados por el terremoto, principalmente en las ciudades de Pisco, Chincha e Ica. De más estaría hacer un recuento de este fatídico evento que hasta el momento lleva como saldo cifras que superan los 500 muertos, 1.150 heridos y un elevado número de familias damnificadas. La prensa nacional e internacional, que sigue minuto a minuto informando de los detalles de esta tragedia, ofrece incontables páginas y una asombrosa cobertura, con los pormenores.

Tan impactante acontecimiento, ha merecido ser sido el tema de conversación central en todo el país y por supuesto, ni siquiera tuve que abrir la boca para que el taxista hoy iniciara nuestra tertulia con la pregunta que, como pude comprobar, todo el mundo se hizo unos a otros el día de hoy: “¿Cómo te sorprendió el temblor?”.

A mi turno de formular la misma interrogante y de enterarme que el taxista iba en marcha sobre la Av. Argentina en El Callao a las 18:40 horas (instante del sismo), creció mi intriga por saber cómo se vivió la experiencia estando en un vehículo en marcha, ya que cuando los movimientos son leves pasan desapercibidos en un auto en movimiento. Procedió a contarme.

Tras un inusual y prolongado vaivén del auto, la primera conclusión a la que llegó este conductor, con unos 45 años encima y el doble de esta cifra en kilogramos, fue que se le había reventado una llanta. Inmediatamente lo sorprendió un semáforo en rojo y en torno a su auto de dos puertas la gente comenzó a circular frenéticamente; así que a ellos atribuyó los empujones que pensaba que movían su vehículo.

Cuando ya no hubo nadie a su alrededor, pero el baile del auto continuaba, la idea de un temblor invadió su mente levemente, tan levemente como pensaba que era la magnitud del sismo. Sin embargo el sobresalto vino cuando más y más gente se apoderaba de las pistas en huidiza carrera desde los inmuebles.

Súbitamente, con una mano en la manija –y la otra probablemente en el corazón– un transeúnte le pidió una carrera. Antes de que el taxista contestara algo se sumó la que parecía ser su esposa, convirtiendo la solicitud en un ruego para que los llevara a hasta la cercana Av. Faucett, para asegurarse de que sus menores hijos no hubieran sufrido daños.

Después de dejarlos a un par de cuadras de su destino debido a la congestión peatonal y vehicular, este conductor salió tan rápido como se lo permitieron los reclamos de los asustados vecinos del lugar, que habían invadido la pista para ponerse a buen recaudo.

Una vez que su auto agarró viada, nada lo detuvo –me relató el chofer– en su marcha hacia su casa, ni las decenas de manos que se alzaban en su trayecto solicitándole sus servicios de transporte, ni el posible buen dinero que hubiera podido sacar por ello.

Su meta era llegar a casa y ver a su familia, pues ya comprobaba lo que muchos peruanos a esa misma hora: la angustia de no poder comunicarse con los suyos, pues las líneas telefónicas estaban congestionadas de tal forma como no ocurre ni siquiera a las 00 horas de un año nuevo.

Entre irónico y reflexivo, y alguna risilla de por medio, agregó que quienes continuaron “taxeando” seguramente no tienen familia.

Por mi parte, aquel sacudido día, después de los intentos de llamadas familiares de rigor, algunas providencialmente exitosas, pensé que debía llamar a un servicio telefónico de taxis para llegar a casa. Felizmente esa llamada también funcionó. Esperé más de una hora la llegada de mi “unidad móvil”, pero sospechaba que aquella era mi mejor opción, pues a lo mejor la mía hubiera sido una de las tantas manos que se levantaron angustiadas sobre aquel pequeño vehículo de dos puertas y su regordete conductor.

[Foto: Con la tierra aún temblando, entre las pausas de los intentos de llamada, mi celular capturó algunas imágenes. Taxis y demás vehículos detuvieron la marcha por la temblorosa situación.

Los trapitos de García y Bachelet


Lima, 16 de agosto del 2007.- Los sísmicos acontecimientos del día de ayer ocasionaron que me quedara en la revisión del post antes de publicarlo. Respecto a ese texto, me pregunto qué opinaría el mismo taxista sobre las relaciones con Chile, luego de conocer que hoy el vecino país también ofreció su apoyo para paliar las consecuencias del terremoto. Así que antes de subir la entrega del día de hoy, presento este post escrito el día de ayer y que se quedó en el trémulo tintero.

Lima, 15 de agosto del 2007.- La noticia que acapara la mayoría de los titulares de hoy es la reacción de Chile en la controversia sobre los límites fronterizos marítimos entre el vecino del sur y nuestro país. El presidente Alan García salió a calmar las aguas, pero sobre las aguas en conflicto otros titulares ya anuncian desplazamientos militares.

Tras recordar los tiempos en que Michelle Bachelet y Alan García protagonizaban diversas actividades de acercamiento entre los dos países, el taxista propuso que tales muestras se debían a las grandes inversiones que el sureño país tiene en Perú. Indicó de esa manera, las relaciones en esta histórica revancha daban un giro hacia una promisoria buena vecindad. “Pero este asunto de la frontera vino a malograr todo”, dijo, agregando que no tenía claro cuál iba a ser el desenlace, pero que auguraba que “dentro de poco Alan y Bachellete se sacarán los trapitos al aire”.

Fuera del álgido asunto de los 38 mil kilómetros cuadrados de aguas marinas fronterizas en controversia, la pequeña nota periodística sobre la truncada huelga policial anunciada para el día de ayer hizo sentenciar al conductor “Sí, pues. No pasó nada”, dándole la razón a su colega del día lunes 13 (ver: Huelgas sin unión).

martes, 14 de agosto de 2007

El virus del silencio


Lima, 14 de agosto del 2007.- En estos días de intenso frío, matizado con inusuales rayos de sol matutinos que, tímidos, intentan vencer la densa capa de nubes limeña, al menos por algunos minutos, trato de alejarme de la gripe, pero parece ser ubicua.

Compañeros de trabajo con la nariz enrojecida, amigos y familiares con su dotación de pañuelos a la mano y estornudos ahogados por un trozo de papel justo antes de atomizarse, son panorama común en este momento de la estación más fría del año. Por supuesto, también están los taxistas con discretas –al menos en intención– sonadas de nariz, como el joven conductor de hoy.

Totalmente inmune a cualquier comentario que yo hiciera, sobre las noticias del día, el taxista me hizo pensar que tenía los oídos tapados y que simplemente había medio escuchado la indicación de mi destino cuando pactamos la transacción, antes de subir, y que la había terminado de interpretar leyéndome los labios.

Después de que dos periódicos habían pasado por mis manos, y sus polémicos titulares por mis labios comentando el llamado del canciller chileno a su país, o la balacera con tres muertos en Trujillo o hasta la tan promocionada drogadicción de Héctor Lavoe, el transportista no había pronunciado ni una sola palabra; así que empecé a pensar seriamente en lo de los oídos tapados, o algo peor.

Para salir de la duda hice una acotación sobre la ubicación de mi destino final preguntándole –sin voltear el rostro hacia él– si conocía esa calle y el mejor camino para llegar. Me contestó satisfactoriamente. Así que no había ningún problema con los oídos, pero al parecer sí con la nariz, pues como dije, aspiraciones nasales con acuosa resonancia se escucharon, discretas -eso sí- a lo largo del camino.

¿Algún problema personal lo mantuvo aislado de la conversación –más bien monólogo– durante el trayecto? ¿Seguía alguna regla auto impuesta de no establecer comunicación con los pasajeros salvo para definir el trayecto de la carrera? ¿Le caían aburridas las noticias? ¿O yo? ¿O simplemente el antipático virus apenas le dejaba ganas para guiar el timón?

Al bajar del auto no escuché ni un leve eco del típico “gracias” y, por si lo estuvieran pensando, no le regateé ni un céntimo de lo que me pidió antes de subir.

lunes, 13 de agosto de 2007

Huelgas sin unión

Lima, lunes 13 de agosto del 2007.- ‘No estoy detrás de huelga policial’, versaba un titular de la página de política en el diario, haciendo alusión Ollanta Humala, a quién sindicaban como el autor intelectual de este paro de las fuerzas del orden. “Eso es mentira”, aseveró el taxista, citando como fuente informaciones periodísticas que había escuchado en la radio. Los verdaderos autores de la huelga son los miembros del sindicato de la policía, según explicó, motivados por el deseo de plantear sus reclamos ante el Gobierno.

Con la misma seguridad de sus afirmaciones anteriores también predijo que el día de mañana la huelga no será un asunto de importancia, acotando que ninguna huelga en el Perú tiene éxito debido a la disparidad de intereses de los reclamantes. “No hay unión entre los huelguistas, cada uno tiene sus intereses propios, por eso nunca tienen éxito las huelgas en el Perú”.

Después de bajar del taxi recordé un post del mes pasado (Los huelguistas siempre ganan) en el que el taxista opinaba todo lo contrario. Opiniones totalmente enfrentadas. Al parecer en huelgas y colores tampoco han escrito los señores.

Tal vez sea discutible si el balance final de una huelga puede considerarse un éxito para quienes la protagonizan, pero sé que algunos de estos incidentes por lo menos han tenido tienen éxito en paralizar parte de la ciudad y ocasionar tremendos embotellamientos, malos ratos y caminatas obligadas a quienes osan cruzase en su camino (ver post “No bajo en la esquina”)

miércoles, 8 de agosto de 2007

Ningún chofer votaría por Castañeda

Lima, miércoles 08 de agosto del 2007.- Como venía relatando en el post anterior, en el trayecto de hoy de pronto el taxi pasó frente a un vehículo detenido por un policía lo cual fue óbice para que con indignación el conductor dijera que toda la plata recaudada por las papeletas de infracciones de tránsito “va para Castañeda”. El alcalde de Lima resultó acusado por este conductor de no dar explicaciones de a dónde va el dinero que el SAT cobra por las papeletas. “Ese desgraciado nos para exprimiendo”, exclamó refiriéndose a nuestro alcalde, agregando que continuamente las autoridades de tránsito emiten nuevas disposiciones que modifican las reglas vigentes.

“Uno va manejando tranquilo y de pronto lo detiene un policía por alguna maniobra que es normal –relató el conductor–. Cuando uno le dice (al policía) que no ha cometido ninguna infracción, responde: ¿No ha leído El Peruano (diario oficial donde se publican las leyes) de la semana pasada?”

La indignación del relato le dio cuerda para seguir con más comentarios al respecto. “Es por eso es que ese desgraciado (se refería al mismo de líneas arriba) no postula a la presidencia. Ya sabe que ningún chofer va a votar por él y la mitad de Lima es chofer”.

El zarpazo final lo dio diciendo que además gracias a las coimas que está sacando por las obras de la “estación central” (para ómnibuses, que se construye en el Paseo de los Héroes Navales) y la remodelación de la vía expresa de Paseo de la República, el burgomaestre limeño no necesita de la presidencia, pues así “se la lleva más fácil”.

Los ojos no engañan


Lima, miércoles 08 de agosto del 2007.- La tertulia motorizada del día de hoy tuvo un carácter misceláneo sobre los diversos titulares de la mañana. Sin embargo, una noticia propició mayores comentarios por parte del taxista. “Choque de buses en Panamericana Sur deja 17 muertos y 65 heridos”. La opinión de este conductor que bordearía los 50 años, es que muchos empresarios transportistas, buscando ahorrar costos, contratan a un solo chofer para tramos donde deberían turnarse el volante entre dos personas para descansar adecuadamente. Cuando una larga jornada recae en un solo conductor, el cansancio puede terminar venciéndolo, ocasionando fatales accidentes, indicó el taxista, explicando además otra grave situación.

“Un montón de choferes de viajes interprovinciales se coquean –afirmó– para mantenerse despiertos durante el viaje”. Sin embargo, la parte peligrosa de esta práctica radica en que excedido cierto número de horas, el cansancio se impone, sin importar los gramos que se inhalen, según precisó el conductor del taxi, añadiendo que bajo circunstancias normales, cualquier pequeño ruido o movimiento despierta al chofer si es que se ha quedado dormido. Pero si está bajo los efectos de estupefacientes y con un cansancio extremo oculto, esos mismos murmullos o sobresaltos no podrán sacarlo de su sueño.

Por eso antes de subir a un ómnibus, hay que mirar a los ojos al chofer. “Los ojos no engañan. Si están rojos…Muchas gracias, cambié de opinión, no voy a viajar”, es mejor decir y bajarse del vehículo, detalló el taxista.

En cuanto a otros titulares, sobre la noticia “CGTP quiere frustar TLC”, comentó que para desgracia de los revoltosos, la ciudadanía ya sabe desde hace tiempo que todas las marchas de protesta ocultan intenciones políticas y que la gente común no cree que se deban a reclamos justos de los trabajadores. El chofer recordó que la reciente marcha del Sutep acabó en un rotundo fracaso, pues el ciudadano común estaba de acuerdo en que los maestros se sometieran a evaluaciones. El pedido incoherente de los profesores radicales de no realizar tal evaluación hizo que perdieran la posibilidad de plantear otros reclamos que tal sí sean justos. “Peor aún –señaló- se terminaron de fregar porque Humala se sumó a su protesta”.
En nuestra marcha vehicular, súbitamente presenciamos un acontecimiento que paso a describir en el siguiente post.

martes, 7 de agosto de 2007

Esta cumbia no es para natachas


Lima, martes 07 de agosto del 2007.- Como anoto en el post anterior, la extensión del relato del taxista de hoy y la diversidad de la temática, hacen que coloque una segunda entrega sobre este mismo viaje. Esta segunda parte de la historia incluye detalles de un tema sobre el cual no conozco mucho, así que disculpen si no menciono con precisión algunos nombres o detalles de la movida cumbiambera de la capital.

El afán jueguero hizo subir a una pareja hace poco más de una semana al mismo vehículo en el que yo me transporté el día de hoy. Iniciaron su viaje en Chorrillos con destino al cono norte, hacia el “Complejo de la Panamericana Norte”, a un concierto popular con ocasión de las fiestas patrias.

La carrera fue de S/.15, según recuerda él mismo taxista y en el trayecto la preocupación monetaria del atribulado galán saltó en la conversación. La entrada al concierto era de S/.30 por persona (S/.60 por la feliz parejita) y una vez dentro, con la “paisanada” reunida, su aporte personal sería de un par de cajas de cerveza según calculaba Romeo y según hace memoria nuestro conductor. Pero, precisó el taxista, no se trata de cajas con las convencionales botellas de 620 ml. de espumante cerveza, sino de pequeñas y redondeadas botellas de tamaño personal con capacidad para solo casi un vaso. “Desconozco mayormente”, esta esférica presentación, tipo concierto, pues tampoco se trata de la clásica botella pequeña de 320 ml.

Aquel día festivo, en el multitudinario concierto, cada botella costaría S/.6 y la caja S/.120 (al parecer con 24 botellas del dorado líquido). Tras hacer cálculos, el taxista determinó con precisión que aquel galán chichero gastaría S/.330 (incluidos taxis, entradas y cerveza para la paisanada), cifra que dijo se elevaría a algo más de S/.400 soles con el telo de rigor incluido.

¡Cuatrocientos soles en una salida! Exclamó escandalizado. Yo puedo estirar ciento cincuenta soles hasta el cebiche del siguiente día –precisó. “Esas fiestas chicheras son para gente de otro ‘level’, uno piensa que se va a encontrar con las natachitas, pero no es así”, explicó con conocimiento de causa, pues pasó a relatar su propia experiencia en las lides de la cumbia.
“Si vas a un concierto de Pedro Suárez solo tienes que pagar la entrada, pero acá además debes poner el consumo”, me ilustró.

Con motivo de la fiesta de San Juan, un familiar lo invitó al Tangarana en Los Olivos (local que también “desconozco mayormente”). Estacionados en la entrada relucían brillantes varios autos del año incluyendo voluptuosas 4 x 4. Una vez dentro su familiar empezó a señalarle a algunas damitas a quienes no debía insinuarse ni siquiera con el rabillo del ojo. “¿Ves a esa flaca?” Le decía su ‘causa’. “Ni la mires, es mujer de un narco. ¿Ves a esa otra? Tampoco la mires, si no quieres problemas”. “Ahí va gente de peso –continuó mi narrador–. No solo narcos, sino madereros, comerciantes…”

Todo ese público potentado de los conos, como lo describió el taxista, mueve harto billete, chochera –me decía. Ese billete puede verse estacionado en flamantes camiones de 150 mil o 240 mil dólares pertenecientes a los grupos musicales, según daba fe el conductor, pues los había visto parqueados en cada una de las fiestas chicheras a las que había transportado felices parejitas, incluyendo lugares como el Guadalupano (otra vez, “desconozco mayormente”).
Con aire reflexivo anotó que todo el dinero solo se lo llevan los dueños del grupo. Por ejemplo, Dina Paúcar tiene una jataso en La Molina y carro del año, pero sus músicos viven en la punta del cerro y no tienen ni para el taxi. Carcajada al comentario.

Una vez tuvo como pasajero a un músico del grupo Camagüey, quien le confesó que le pagaban treinta soles por hora de presentación. “¿Y los ensayos?”,Inquirí. “No. Esos no cuentan ‘pe’”. Carcajadas nuevamente. Según reveló el músico, para su fortuna, tienen dos o tres presentaciones diarias, de martes a domingo y solo descansan los lunes. Pueden ustedes sacar su cuenta, considerando que cada concierto no dura más de dos horas, cual puede ser el ingreso de un artista como este, según la versión de nuestro transportista que después de todo sí resultó ser extrovertido y desenfadado.

Desde las preocupaciones jueguero-financieras de un galán de concierto chicha hasta la remuneración de un músico cumbiambero, pasando por los camiones y autos del año de los aclamados cantantes del pueblo, esta carrera me ilustró sobre las cifras que puede mover el acaudalado mundo de la música popular.

Deyvis Orosco es un figureti


Lima, martes 07 de agosto del 2007.- Aveces la apariencia de una persona puede causar una primera impresión clara, pero otras veces esta puede ser difusa. El aire de treintañero extrovertido y hasta cierto punto desenfadado del taxista del día de hoy me mantuvo intrigado durante la mitad del viaje, pues su conducta parca desentonaba con la figura descrita. De su boca apenas salían acotaciones monosilábicas mientras yo comentaba algunas noticias de las páginas interiores del diario: “Mulder se fue de boca con aumento de la RMV (Remuneración mínima vital)”, “El precio del pan se irá por las nubes”. Quedó claro que estos no eran sus temas de conversación, hasta que llegué a la noticia de la primera plana: “El nuevo Néctar – Grupo ahora liderado por el hijo de Johnny Orosco vuelve el domingo”.

A partir de ese momento, casi a la mitad del trayecto, el taxista tuvo tanto que contarme que será mejor dividir esta “carrera” en dos posts. Aquí va la primera parte.

Contrastando con el mar de fans del grupo Néctar que ven en el hijo del fallecido líder a su sucesor, nuestro transportista tenía opiniones poco favorables sobre el joven cantante que hoy acapara titulares.

“Deyvis Orosco es un figureti” aseveró rotundamente el chofer y pasó a sustentar su postura, comenzando por recordar que el día del funeral de su padre, el muchacho parecía haberse vestido “para ir a recibir el Grammy” y no para una luctuosa ocasión. También hizo memoria de las imágenes emitidas por televisión durante la cobertura del homenaje al fenecido grupo intérprete de “El arbolito”, donde el jóven Orosco dio una triunfal vueta olímpica en el estadio en el que se celebraba el tributo. “Él se alucinaba Gian Marco o Santana. Piensa que los fans lo aclaman a él y no a su padre y su grupo”, sentenció indignado el taxista.

El conductor tenía aún más comentarios sobre este cantante de cabello bicolor, catalogado por algunos titulares como el metrosexual de la chicha. “El hombre se presentaba como héroe –continuó con su explicación el profesional del volante–. Anunciaba a todo el mundo que él iba a traer los restos de su padre y de los músicos” (fallecidos en la tragedia de Argentina). Agregó que ese trámite lo podría haber hecho cualquiera, pues de todos modos los restos tendrían que repatriarse; así que de héroe… ¡Nada!

Con la misma indignación contrastó también la conducta exhibida por el muchacho con la de su madre, esposa del cantante, a quien en todo momento se le apreció en las noticias con el rostro acongojado y nunca dio declaraciones a la prensa. “Si mi padre muere, no pensaría ni siquiera en cambiarme de ropa y menos en conversar con la prensa”, acotó el taxista.

lunes, 6 de agosto de 2007

El que se pica, pierde


Lima, lunes 06 de agosto del 2007.- “400 mil carros de la muerte” anunciaba la primera plana de un diario el lunes 06 mientras las letras más pequeñas detallaban que esa era la cifra de vehículos sin SOAT (seguro obligatorio de accidentes de tránsito). “Si pues –asentaba sabiamente– el conductor de cabello entrecano y hablar pausado –muchos carros andan sin SOAT. ¡Cómo vas a andar sin SOAT, aunque tengas un carro particular! Te descuidas un momento y puedes chocar. Y si eres taxi y sale herido el pasajero ¡peor!”.
Enseguida me relató que una semana antes dejó su vehículo en el taller y ese día se convirtió en ser pasajero de otro taxi para regresar a casa. El destino o la provocación de no exhibir la calcomanía respectiva en el parabrisas hizo que un policía detuviera el taxi en el que viajaba como pasajero este taxista del vehículo en reparación.
Cuando el guardián del orden le pidió al conductor que le mostrara sus papeles del SOAT, el chofer le indicó que lo había olvidado en casa.
“Cómo te vas a olvidar en casa el SOAT, si es parte de tu trabajo. Ese no tenía SOAT”, sentenció mi entrecano locutor. Continuó su relato diciendo que el chofer de esa carrera inició una acalorada conversación con el policía en la que lo tildó de abusivo por pedirle los papeles y no comprender que “se le habían olvidado en casa”. Como resultado el carro fue llevado al depósito.
“Si te pones bravo o te picas, pierdes”, me dijo en plan de venerable anciano dándole consejos a su novel aprendiz. “Lo mejor es –continuó– aceptar tu error con humildad y decirle al policía que se te olvidó en casa o que el chofer del otro turno del taxi no lo dejó en su sitio”. Según el conductor con esta fórmula se tiene mejores opciones de lograr la indulgencia del custodio.
Recordó que en una ocasión un pasajero se bajó repentinamente en medio de la pista aprovechando el estancamiento de los vehículos por el tráfico. Tal situación, merecedora de una papeleta, fue advertida por un policía quien de inmediato lo detuvo. Con un discurso calmo le indicó al efectivo policial que no había sido su intención que ocurriera el incidente. Que lamentablemente el pasajero bajó abruptamente y quiérase o no la falta estaba hecha y que comprendía que era merecedor de una sanción de ley.
La sanción solo fue una amonestación para que intentara que no volviera a ocurrir una imprudencia similar en su vehículo.

jueves, 2 de agosto de 2007

El sueldo mínimo será de S/.575 (o algo así)

Lima, jueves 02 julio del 2007.- En el post de hace dos días toque el asunto del proyecto de incremento del sueldo mínimo; desde entonces por más que intento llevar la tertulia con los taxistas hacia otros terrenos, aquel parece ser un tema inevitable de conversación.
El día de ayer el taxista que me transportó sacó cálculos y dijo que percibe un ingreso de unos S/.1.400 mensuales líquidos (aseguró obtener hasta S/.450 en fines de semana especiales). Estas cifras lo alientan a seguir frente al timón y no pensar en un trabajo de ocho (10 o 12 en la práctica) horas diarias para recibir su RMV, siglas que han saltado a los titulares en estos días: remuneración mínima vital.
Pero sobre los menesteres de padre, que al taxista del post anterior lo mantienen como “cliente frecuente” del Hospital del Niño, es decir, el cuidado de la salud de sus hijos, el conductor de ayer relató tener el asunto resuelto. Cuando aun tenía un trabajo en planilla que no superaba los S/.700 decidió dedicarse de lleno a la motorizada “carrera” de hacer “carreras” y le comentó con preocupación tal decisión al médico que solía atender a sus hijos en un establecimiento afiliado a Essalud en el distrito de Independencia.
El galeno, lo animó a seguir firme en su decisión y le indicó que no se preocupara, pues lo seguiría atendiendo en forma particular, pagando solo S/.10 por consulta, en lugar de los S/.15 que cobra habitualmente. Así lo viene haciendo hasta el día de hoy, según relató este chofer sobre su médico familiar, de quien además comentó que está transformando su consultorio en un policlínico.
El taxista día de hoy, era algo mayor que el del día de ayer; calculo que superaba las cinco décadas y tenía urgencia por hablar sobre la ya famosa RMV. Deduzco que el motivo era darme a conocer que tenía información privilegiada entre manos, provista por un infidente pasajero, empleado del Ministerio de Trabajo. De inmediato pasó a detallarme la información clasificada, ahora desclasificada y proporcionada como yapa a la breve carrera de taxi. De acuerdo a su fuente, la bulla levantada en torno al sueldo mínimo ha sido cuidadosamente preparada. Con expresión severa de estratega político, me reveló que antes del anuncio presidencial el Gobierno ya había llegado a un acuerdo con el sector empresarial para fijar el sueldo mínimo en S/.575, o una cifra parecida, que no recordaba. ¡Cómo podía este taxista transmisor de infidencias de trascendencia nacional haber olvidado el número clave de todo este “secreto” asunto!
En fin, pactado ya el aumento, solo quedaba el anuncio de la noticia, lo cual según la misma infidente fuente era la ocasión que el presidente García ganara algunos bonos apareciendo como el gestor de esta iniciativa para la clase trabajadora.
Antes de bajarme del vehículo me repitió lo que su fuente le remarcó “Acuérdese de mí, el sueldo mínimo será de S/.575 (o algo así)”.

martes, 31 de julio de 2007

Un año en busca de algo más que el sueldo mínimo


Lima, 31 de julio del 2007.- Después de que Alan García abordara el aumento del sueldo mínimo en su mensaje presidencial, el pasado 28 de julio, el tema volvió a las primeras planas. Tan candente tema era sencillo para comentar.
De carácter amable y de figura regordeta, el taxista del día de hoy bordeaba las cuatro décadas y estaba más o menos al tanto de la noticia en cuestión. Sabía que la CGTP (el gremio nacional de los trabajadores) había emitido una propuesta para elevar el sueldo mínimo de S/.500 a S/.750. Pero al igual que muchos peruanos se preguntaba cuándo ocurrirá este feliz incremento, si es que ocurre en el corto plazo.
El conductor se cuestionaba también cómo hacía mucha gente para vivir con un sueldo mínimo por el cual debía trabajar 12 horas diarias. Concretamente señaló el caso de trabajadores de autoservicios que ganan el sueldo mínimo y deben mantener a una familia. Tal vez tendría algunos conocidos laborando en este rubro.
Sin embargo su historia con el sueldo mínimo tuvo un año de numerosos capítulos en una búsqueda por un trabajo de al menos S/.800. Según relató, durante 12 meses solo halló trabajos con remuneraciones entre S/.500 y S/.600. “Seiscientos soles. Eso es lo que gasto en una semana”, dijo con una irónica sonrisa.
Durante una semana fue contratado por los ansiados S/.800 como chofer para transportar personal en una aerolínea. Sin embargo por la falta del brevete adecuado no continuó en ese puesto. Dijo que la solicitada licencia de conducir de categoría A2 le costaba alrededor de S/.300, entre trámites y alquiler de vehículo para dar el examen, y no los tenía en ese momento.
Cansado en su larga búsqueda se aferró al timón del taxi al que decidió dedicarse por completo. Hoy dice obtener entre S/.30 a S/.40 diarios como ganancia, después de descontar el gasto de combustible y el pago del alquiler del automóvil. Con expresión cansada comenta que trabaja todos los días, e inclusive algunos domingos mucho más que de costumbre. Es que los fines de semana le resultan muy fructíferos. Afirma no irse a casa antes de obtener S/.100 o S/.120 de ganancia.
Con un estilo de conducir calmo y prudente, el chofer relató que los ingresos siempre son mejores en las quincenas y los fines de mes. Pero aún más jugosos en temporadas especiales. Las festividades patrias le trajeron en un fin de semana S/.400 soles de ganancia, aunque dijo haberse parecido a un pollo en esos días, por dormir escasas horas. Todo ese sacrificio para escapar del sueldo mínimo.
Sin embargo, el taxista reconoció que la única ventaja que le ve a un trabajo de remuneración mínima es el seguro médico, especialmente para alguien como él con una familia que incluye dos niños.
Al seguro facultativo no lo ve como opción para él, pues dice que siempre hay gastos en la casa y que le es difícil mantenerse al día en el pago que en su caso sería de alrededor de S/.100 mensuales, según sus averiguaciones. Sin embargo por sus dos vástagos dice ser visitante frecuente del Hospital del Niño.
Nuestro conductor, agradece a la providencia que recientemente le haya tocado como pasajera una funcionaria de EsSalud, quien le habló de una opción de S/.30 de pago por seguro médico para su familia. Anotó que ya prepara los papeles necesarios para acercarse a la oficina respectiva.

lunes, 30 de julio de 2007

Fujimori y la bomba atómica en Nagasaki e Hiroshima


Lima, 30 de julio del 2007.- La noticia de la derrota en las urnas japonesas, del ex presidente Alberto Fujimori acaparó casi todas las primeras planas. Ese sería mí tema para el taxi del día de hoy, aunque también hubiéramos podido abordar el discurso presidencial del día sábado.
Dada la importante proporción de fujimoristas, sabía que cabía la posibilidad de que el día de hoy el taxista tuviera esa afinidad política, así que ya estaba más o menos preparado para oír los consabidos argumentos de los triunfos del “Chino” contra el terrorismo y la hiperinflación, así como sus lastimeras quejas contra una injusta cacería a alguien que tanto bien hizo al Perú. Sin embargo, no solo escuché eso, sino mucho más: una teoría que me dejó sorprendido.
Mientras miraba el diario en mis manos, solo bastó que yo dijera “perdió en las elecciones”, para que el conductor del vehículo asintiera y confirmara: “Sí, pues. Perdió” y durante el resto del camino se dedicó a exponer una teoría bastante singular.
El hombre, que bordearía los 50 años, confesó primero que hace 20 años que vivía fuera del país, hasta que retornó, hace cuatro, al Perú. Tal aclaración de contexto no era un comentario suelto, sino un punto de apoyo a su teoría que estaba a punto de explicarme. Según el chofer, esos años fuera le sirvieron para ver al Perú de una manera diferente y hoy, de vuelta al barrio, dice informarse de lo acontece en nuestro país principalmente a través de la prensa extranjera.
Después de reinvindicar la letanía de triunfos de nuestro ex mandatario japonés, en campos como el terrorismo y la economía, el taxista hizo una serie de cuestionamientos, entre los cuales destaca el hecho de que EE.UU. busca a Fujimori como un criminal, mientras que recibe la protección de Japón, acotando que lo de la postulación a la curul japonesa fue una forma ideada por sus protectores para darle salida al problema de la solicitud de extradición. También se preguntó por qué una joven adinerada como su esposa Satomi Kataoka, buscaría alguien que no es joven, ni hermoso, ni tiene dinero. Además cuestionó, por qué alguien que comete actos de corrupción (Montesinos), se filmaría a sí mismo en imágenes para el chantaje.
Como este blog no tiene la intención de entrar en debate sino de conocer la percepción de la gente de la calle, a través de los taxistas que tienen contacto con mucha más gente, no hice ningún comentario sobre todo respecto a la anotación de que Fujimori no tiene dinero.
Para resumir, la teoría de nuestro transportista del día de hoy, se remonta hasta antes de la llegada de Fujimori al poder, incluso tiene sus raíces en la segunda guerra mundial, precisamente en la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki. ¿What? Eso mismo pensé yo.
El lamentable acontecimiento de la bomba atómica propició un resentimiento profundo que perdura hasta el día de hoy, afirma el señor que me hizo la carrera de taxi hoy. Tal resentimiento lleva a los nipones a saludar cortésmente, con venia incluida, a los estadounidenses, pero en cuanto les dan la espalda, articulan el brazo con el puño cerrado, apoyando la muñeca del otro brazo (con puño cerrado también) sobre la articulación del antebrazo. Qué difícil resulta describir en palabras esta versión ampliada de estirar el dedo medio, cuyo grosero significado todos entendemos.
Volviendo al tema, a finales de los años 80 EE.UU. prohibió a Japón vender más automóviles en Latinoamérica, para que el país norteamericano no disminuyera su cuota de ventas en el mundo, afirma el transportista, señalando el acontecimiento como un motivo más para acentuar el resentimiento. En este contexto, la llegada de Fujimori significó para Japón el inicio de una oportunidad comercial en el rubro automotriz –según la teoría del señor conductor– y a la vez nacía un enemigo para los EE.UU., que se hacía más fuerte conforme crecía su popularidad y poder.
No hubo tiempo para más explicaciones, el viaje llegó a su fin y me quedé con varias dudas sobre su teoría, pero sobre todo, no pude saber por qué Satomi buscó a alguien tan “pobre” como Fujimori.

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Nota:
Primera plana que sostenía en la mano
Alan Ríe, Fuji llora.
Prófugo ex presidente no logró ingresar al senado japonés y ahora tiembla por extradición a Perú
Diario Ojo: 30-07-2007

miércoles, 25 de julio de 2007

El paraíso de los borrachos

Lima, 25 de julio del 2007.- Llegando al centro de Lima se podían advertir grandes banderolas publicitarias anunciando para el viernes 27 “La pileta del pisco”. Por segundo año, la municipalidad de Lima y algunos auspiciadores organizaban este evento en el cual cambian el agua de la pileta de la plaza mayor por nuestro licor de bandera, el pisco peruano.
Tras leer detenidamente la pancarta durante un semáforo en rojo, el conductor solo comentó “ese será el paraíso de los borrachos”, antes de soltarse en carcajadas.

jueves, 12 de julio de 2007

Los huelguistas siempre ganan


Lima, 12 de julio del 2007.- Un día después de la marcha más grande del Sutep, las calles estaban más despejadas, aunque en San Isidro la policía armaba filas para impedir que los protestantes, reunidos en ese distrito, iniciaran su marcha a la sede de la Presidencia del Consejo de Ministros en el distrito de Miraflores.
Las calles estaban despejadas aquel jueves, apreciándose un gran contraste con el día anterior. Esta situación llevó al taxista a reflexionar sobre lo que siempre han sido las marchas del Sutep. “Siempre ganan” dijo, explicando que al final presionan al Gobierno y ponen como condición para suspender la huelga el que se les pague los días no trabajados. En cambio uno –continuó reflexionando- si no trabaja simplemente no come.

miércoles, 11 de julio de 2007

¡No bajo en la esquina!


Lima, 11 de julio del 2007.- El día principal de la marcha del Sutep en la ciudad de Lima, no hubo mucho tiempo para el diálogo en el taxi en el que viajaba. Tras varios minutos de espera por los desvíos que realizaba la policía que controlaba la marcha de los profesores en protesta, y luego de una breve discusión el conductor exigió que me bajara del automóvil, pues no estaba dispuesto a internarse en lo más álgido de la protesta. Accedí, después de transar una rebaja del 50% de la tarifa pactada. No estuvo mal para él quien evitó quedar atascado por horas entre desvíos policiales y arengas contra el gobierno. Yo tomé un segundo taxi que solo pudo avanzar unas ocho cuadras. Las 15 cuadras restantes hasta mi destino tuve que caminarlas, sorteando arengas, silbatos y cordones polciales.

Confesiones de taxi

Comentarios a la noticia del día y otras historias de taxistas en Lima

Cada día subo al menos a un taxi y la gran mayoría de sus conductores tiene predisposición para la conversación. En este blog resumiré mis conversaciones con los conductores. Si no hay historia que contar, habrá alguna noticia que comentar, especialmente si subo con un diario en la mano.

Todos hemos escuchado historias de taxistas. He oído algunas tan asombrosas que no me cabe duda que algunos de estos personajes son mitómanos. Pero hay muchas otras historias verosímiles y muy interesantes. Y si no tienen una historia que contar, los taxistas son ciudadanos, trabajadores, padres de familia o estudiantes que tienen contacto con gente de todo tipo y siempre tienen una opinión sobre lo que acontece.

No necesariamente me solidarizo con las historias que recojo en este blog, ni avalo su veracidad. Se trata de escuchar las historias y opiniones que los conductores tienen que contar “a la carrera”. Esto no es una encuesta, un conductor de taxi no representa la opinión de Lima o el Perú entero sobre un tema, pero frente a muchos acontecimientos o situaciones cotidianas, sí parece reflejar la indignación, la alegría o la esperanza de la población.

No hay nombres, es gente anónima con la que podemos llegar a discutir acaloradamente o reír a carcajadas, pero en 20 o 30 minutos todo acaba. Él solo fue un taxista y yo un pasajero más, sin nombre ni datos de contacto.

Cada día el destino cruza mi mano –agitándose en el aire– con algún vehículo, con un conductor, con una historia. Abróchese el cinturón y disfrute de esta “carrera”.