martes, 31 de julio de 2007

Un año en busca de algo más que el sueldo mínimo


Lima, 31 de julio del 2007.- Después de que Alan García abordara el aumento del sueldo mínimo en su mensaje presidencial, el pasado 28 de julio, el tema volvió a las primeras planas. Tan candente tema era sencillo para comentar.
De carácter amable y de figura regordeta, el taxista del día de hoy bordeaba las cuatro décadas y estaba más o menos al tanto de la noticia en cuestión. Sabía que la CGTP (el gremio nacional de los trabajadores) había emitido una propuesta para elevar el sueldo mínimo de S/.500 a S/.750. Pero al igual que muchos peruanos se preguntaba cuándo ocurrirá este feliz incremento, si es que ocurre en el corto plazo.
El conductor se cuestionaba también cómo hacía mucha gente para vivir con un sueldo mínimo por el cual debía trabajar 12 horas diarias. Concretamente señaló el caso de trabajadores de autoservicios que ganan el sueldo mínimo y deben mantener a una familia. Tal vez tendría algunos conocidos laborando en este rubro.
Sin embargo su historia con el sueldo mínimo tuvo un año de numerosos capítulos en una búsqueda por un trabajo de al menos S/.800. Según relató, durante 12 meses solo halló trabajos con remuneraciones entre S/.500 y S/.600. “Seiscientos soles. Eso es lo que gasto en una semana”, dijo con una irónica sonrisa.
Durante una semana fue contratado por los ansiados S/.800 como chofer para transportar personal en una aerolínea. Sin embargo por la falta del brevete adecuado no continuó en ese puesto. Dijo que la solicitada licencia de conducir de categoría A2 le costaba alrededor de S/.300, entre trámites y alquiler de vehículo para dar el examen, y no los tenía en ese momento.
Cansado en su larga búsqueda se aferró al timón del taxi al que decidió dedicarse por completo. Hoy dice obtener entre S/.30 a S/.40 diarios como ganancia, después de descontar el gasto de combustible y el pago del alquiler del automóvil. Con expresión cansada comenta que trabaja todos los días, e inclusive algunos domingos mucho más que de costumbre. Es que los fines de semana le resultan muy fructíferos. Afirma no irse a casa antes de obtener S/.100 o S/.120 de ganancia.
Con un estilo de conducir calmo y prudente, el chofer relató que los ingresos siempre son mejores en las quincenas y los fines de mes. Pero aún más jugosos en temporadas especiales. Las festividades patrias le trajeron en un fin de semana S/.400 soles de ganancia, aunque dijo haberse parecido a un pollo en esos días, por dormir escasas horas. Todo ese sacrificio para escapar del sueldo mínimo.
Sin embargo, el taxista reconoció que la única ventaja que le ve a un trabajo de remuneración mínima es el seguro médico, especialmente para alguien como él con una familia que incluye dos niños.
Al seguro facultativo no lo ve como opción para él, pues dice que siempre hay gastos en la casa y que le es difícil mantenerse al día en el pago que en su caso sería de alrededor de S/.100 mensuales, según sus averiguaciones. Sin embargo por sus dos vástagos dice ser visitante frecuente del Hospital del Niño.
Nuestro conductor, agradece a la providencia que recientemente le haya tocado como pasajera una funcionaria de EsSalud, quien le habló de una opción de S/.30 de pago por seguro médico para su familia. Anotó que ya prepara los papeles necesarios para acercarse a la oficina respectiva.

lunes, 30 de julio de 2007

Fujimori y la bomba atómica en Nagasaki e Hiroshima


Lima, 30 de julio del 2007.- La noticia de la derrota en las urnas japonesas, del ex presidente Alberto Fujimori acaparó casi todas las primeras planas. Ese sería mí tema para el taxi del día de hoy, aunque también hubiéramos podido abordar el discurso presidencial del día sábado.
Dada la importante proporción de fujimoristas, sabía que cabía la posibilidad de que el día de hoy el taxista tuviera esa afinidad política, así que ya estaba más o menos preparado para oír los consabidos argumentos de los triunfos del “Chino” contra el terrorismo y la hiperinflación, así como sus lastimeras quejas contra una injusta cacería a alguien que tanto bien hizo al Perú. Sin embargo, no solo escuché eso, sino mucho más: una teoría que me dejó sorprendido.
Mientras miraba el diario en mis manos, solo bastó que yo dijera “perdió en las elecciones”, para que el conductor del vehículo asintiera y confirmara: “Sí, pues. Perdió” y durante el resto del camino se dedicó a exponer una teoría bastante singular.
El hombre, que bordearía los 50 años, confesó primero que hace 20 años que vivía fuera del país, hasta que retornó, hace cuatro, al Perú. Tal aclaración de contexto no era un comentario suelto, sino un punto de apoyo a su teoría que estaba a punto de explicarme. Según el chofer, esos años fuera le sirvieron para ver al Perú de una manera diferente y hoy, de vuelta al barrio, dice informarse de lo acontece en nuestro país principalmente a través de la prensa extranjera.
Después de reinvindicar la letanía de triunfos de nuestro ex mandatario japonés, en campos como el terrorismo y la economía, el taxista hizo una serie de cuestionamientos, entre los cuales destaca el hecho de que EE.UU. busca a Fujimori como un criminal, mientras que recibe la protección de Japón, acotando que lo de la postulación a la curul japonesa fue una forma ideada por sus protectores para darle salida al problema de la solicitud de extradición. También se preguntó por qué una joven adinerada como su esposa Satomi Kataoka, buscaría alguien que no es joven, ni hermoso, ni tiene dinero. Además cuestionó, por qué alguien que comete actos de corrupción (Montesinos), se filmaría a sí mismo en imágenes para el chantaje.
Como este blog no tiene la intención de entrar en debate sino de conocer la percepción de la gente de la calle, a través de los taxistas que tienen contacto con mucha más gente, no hice ningún comentario sobre todo respecto a la anotación de que Fujimori no tiene dinero.
Para resumir, la teoría de nuestro transportista del día de hoy, se remonta hasta antes de la llegada de Fujimori al poder, incluso tiene sus raíces en la segunda guerra mundial, precisamente en la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki. ¿What? Eso mismo pensé yo.
El lamentable acontecimiento de la bomba atómica propició un resentimiento profundo que perdura hasta el día de hoy, afirma el señor que me hizo la carrera de taxi hoy. Tal resentimiento lleva a los nipones a saludar cortésmente, con venia incluida, a los estadounidenses, pero en cuanto les dan la espalda, articulan el brazo con el puño cerrado, apoyando la muñeca del otro brazo (con puño cerrado también) sobre la articulación del antebrazo. Qué difícil resulta describir en palabras esta versión ampliada de estirar el dedo medio, cuyo grosero significado todos entendemos.
Volviendo al tema, a finales de los años 80 EE.UU. prohibió a Japón vender más automóviles en Latinoamérica, para que el país norteamericano no disminuyera su cuota de ventas en el mundo, afirma el transportista, señalando el acontecimiento como un motivo más para acentuar el resentimiento. En este contexto, la llegada de Fujimori significó para Japón el inicio de una oportunidad comercial en el rubro automotriz –según la teoría del señor conductor– y a la vez nacía un enemigo para los EE.UU., que se hacía más fuerte conforme crecía su popularidad y poder.
No hubo tiempo para más explicaciones, el viaje llegó a su fin y me quedé con varias dudas sobre su teoría, pero sobre todo, no pude saber por qué Satomi buscó a alguien tan “pobre” como Fujimori.

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Nota:
Primera plana que sostenía en la mano
Alan Ríe, Fuji llora.
Prófugo ex presidente no logró ingresar al senado japonés y ahora tiembla por extradición a Perú
Diario Ojo: 30-07-2007

miércoles, 25 de julio de 2007

El paraíso de los borrachos

Lima, 25 de julio del 2007.- Llegando al centro de Lima se podían advertir grandes banderolas publicitarias anunciando para el viernes 27 “La pileta del pisco”. Por segundo año, la municipalidad de Lima y algunos auspiciadores organizaban este evento en el cual cambian el agua de la pileta de la plaza mayor por nuestro licor de bandera, el pisco peruano.
Tras leer detenidamente la pancarta durante un semáforo en rojo, el conductor solo comentó “ese será el paraíso de los borrachos”, antes de soltarse en carcajadas.

jueves, 12 de julio de 2007

Los huelguistas siempre ganan


Lima, 12 de julio del 2007.- Un día después de la marcha más grande del Sutep, las calles estaban más despejadas, aunque en San Isidro la policía armaba filas para impedir que los protestantes, reunidos en ese distrito, iniciaran su marcha a la sede de la Presidencia del Consejo de Ministros en el distrito de Miraflores.
Las calles estaban despejadas aquel jueves, apreciándose un gran contraste con el día anterior. Esta situación llevó al taxista a reflexionar sobre lo que siempre han sido las marchas del Sutep. “Siempre ganan” dijo, explicando que al final presionan al Gobierno y ponen como condición para suspender la huelga el que se les pague los días no trabajados. En cambio uno –continuó reflexionando- si no trabaja simplemente no come.

miércoles, 11 de julio de 2007

¡No bajo en la esquina!


Lima, 11 de julio del 2007.- El día principal de la marcha del Sutep en la ciudad de Lima, no hubo mucho tiempo para el diálogo en el taxi en el que viajaba. Tras varios minutos de espera por los desvíos que realizaba la policía que controlaba la marcha de los profesores en protesta, y luego de una breve discusión el conductor exigió que me bajara del automóvil, pues no estaba dispuesto a internarse en lo más álgido de la protesta. Accedí, después de transar una rebaja del 50% de la tarifa pactada. No estuvo mal para él quien evitó quedar atascado por horas entre desvíos policiales y arengas contra el gobierno. Yo tomé un segundo taxi que solo pudo avanzar unas ocho cuadras. Las 15 cuadras restantes hasta mi destino tuve que caminarlas, sorteando arengas, silbatos y cordones polciales.

Confesiones de taxi

Comentarios a la noticia del día y otras historias de taxistas en Lima

Cada día subo al menos a un taxi y la gran mayoría de sus conductores tiene predisposición para la conversación. En este blog resumiré mis conversaciones con los conductores. Si no hay historia que contar, habrá alguna noticia que comentar, especialmente si subo con un diario en la mano.

Todos hemos escuchado historias de taxistas. He oído algunas tan asombrosas que no me cabe duda que algunos de estos personajes son mitómanos. Pero hay muchas otras historias verosímiles y muy interesantes. Y si no tienen una historia que contar, los taxistas son ciudadanos, trabajadores, padres de familia o estudiantes que tienen contacto con gente de todo tipo y siempre tienen una opinión sobre lo que acontece.

No necesariamente me solidarizo con las historias que recojo en este blog, ni avalo su veracidad. Se trata de escuchar las historias y opiniones que los conductores tienen que contar “a la carrera”. Esto no es una encuesta, un conductor de taxi no representa la opinión de Lima o el Perú entero sobre un tema, pero frente a muchos acontecimientos o situaciones cotidianas, sí parece reflejar la indignación, la alegría o la esperanza de la población.

No hay nombres, es gente anónima con la que podemos llegar a discutir acaloradamente o reír a carcajadas, pero en 20 o 30 minutos todo acaba. Él solo fue un taxista y yo un pasajero más, sin nombre ni datos de contacto.

Cada día el destino cruza mi mano –agitándose en el aire– con algún vehículo, con un conductor, con una historia. Abróchese el cinturón y disfrute de esta “carrera”.