viernes, 24 de agosto de 2007

Figuretismo sísmico


Lima, viernes 24 de agosto del 2007.- La palabra “figuretismo” aún no existe oficialmente para la Real Academia Española (RAE), pero gracias a los programas de chismes ha pasado a formar parte del léxico popular desde hace algunos años. Tampoco existe para la RAE la palabra “figureti” o sus derivados. No sé si en otras latitudes exista una jerga similar, pero en Perú todo el mundo sabe que ésta describe a un (a) exhibicionista mediático (a).

Hoy perdí la cuenta de las veces que el chofer del taxi empleó este término, sus derivados y conjugaciones. Pero más allá de la anécdota lingüística, rescataré del hall de la fama de los personajes que aprovecharon el fatídico sismo de Pisco, para escalar en el mundo del figuretismo, en opinión del conductor del vehículo, a los dos primeros.

Sin ningún orden de méritos en especial, la primera mencionada de la lista fue la conductora de televisión Laura Bozo. Tildada ya hace días de figureti por su colega Magaly Medina, la “doctora de los pobres” desató varios minutos de iracundos comentarios del chofer, dándole la razón a algunos titulares que señalan que la “Señorita” (como es conocida la Bozo en Latinoamérica) no solo no llevó ayuda sino que animó a los pobladores a alzarse en protestas.

Solicité al taxista que precisara sus fuentes para afirmar tales graves acusaciones. Dijo que lo había leído en las noticias y para él no cabía duda de que así sucedió. Bueno, la veracidad y la credibilidad del cuarto poder no es materia de este post, así que continuemos con los “figureti awards”.

El segundo galardonado con el título fue el ministro de la Producción, Rafael Rey, sumándose el taxista a las múltiples críticas por el lanzamiento del conmemorativo “Pisco 7.9”, una edición especial de nuestro licor de bandera, cuyo nombre hace alusión a la magnitud del sismo. Este destilado de uva será el regalo oficial para agradecer a presidentes de diversos países y entidades extranjeras que prestaron su ayuda para socorrer a las víctimas del terremoto.

“¿No tiene nada mejor que hacer el ministro?”, lanzó el conductor la pregunta al aire, comentando que al igual que diversos sectores de la sociedad considera de mal gusto y una falta de respeto esta botella de la discordia. Algunos políticos han cuestionado con ironía en los medios de comunicación si el trago será acaso para brindar por los muertos del terremoto.

La lista del taxista incluyó también congresistas y artistas. Al final, resumió: “Todos aprovecharon el terremoto para el figuretismo”.

¡Ya está en cana!

Lima, viernes 24 de agosto del 2007.- “¿Y… amigo? ¿Qué dicen los temblores?” Inquirió el chofer tras apenas haber yo cerrado la puerta del taxi al subir. Antes de que pudiera pronunciar palabra alguna, él mismo contestó la interrogante diciendo que aunque la gente ya está más tranquila y muchos ya se olvidaron de comentar el tema, nadie piensa dos veces en escapar hacia la calle ante cualquier ligero remezón que se deje sentir.

Durante los siguientes cinco minutos de este viaje, ayer por la mañana, seguí escuchando los comentarios del taxista sobre diversos tópicos referentes al sismo. Con la boca convertida en metralleta esparciendo 20 mil palabras por minuto, hizo un repaso de los mayores acontecimientos vinculados al terremoto, en apenas unas cuantas cuadras de recorrido.

Habló raudamente de los que han quedado sin casa y sufren penurias en Pisco, Chincha, Cañete e Ica; de la triste noticia de la bebé que murió de frío; de los rescatados de entre los escombros; pero pausó su discurso al mencionar los detenidos que robaron donaciones destinadas a los damnificados.

“¡Son unos desgraciados!”, gruñó. “!Unos malditos!… como dijo Alan García”, agregó.

Aunque en realidad nuestro presidente maldijo en su discurso post sismo a los especuladores que aprovecharon el evento para subir los precios a los bienes que requería la población afectada, creo resulta comprensible la analogía del taxista.

Con este son tres los posts en los que relato la espontánea indignación de los transportistas ante los delictivas actitudes de empleados y funcionarios responsables de canalizar la ayuda a los pobladores afectados del sur.

Parece que todo el mundo estaba esperando un desenlace ejemplar, en el cual los malos son castigados y la confianza en las autoridades y voluntarios que manejan la ayuda se restablece como por arte de magia. Sin embargo, los periódicos y noticieros siguen propinándonos encontronazos. En Huancayo, Chiclayo y Callao, hasta el momento, continúan reportándose casos de robos de donaciones.

Parte de nuestra sociedad, que niega una moneda al mendigo paralítico, porque tiene fundadas razones para creer que por la noche se levantará de su silla de ruedas y saldrá caminando rumbo a la diversión, hizo esta vez a un lado la desconfiada mezquindad. Afortunadamente los delictivos acontecimientos parecen no haber hecho mucha mella en la generosa buena voluntad de las personas.

Esa misma noche, en otra carrera, sin ningún marco previo le pregunté al taxista “¿Ya la llevaron a Santa Mónica?”(*). “Yaaaaaaaaaa. Ya está en cana”, sentenció con un suspiro de alivio antes de continuar con reflexiones similares a los de sus colegas de este y los posts anteriores acerca de los atrapados funcionarios y trabajadores roba donaciones.

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(*)Agrego este pie explicativo para los lectores ajenos a nuestra realidad. Santa Mónica es una conocida cárcel limeña para mujeres y la aludida nueva rea es la del post "La ayuda no sobra"

miércoles, 22 de agosto de 2007

¡Es un atorrante!


Lima, miércoles 22 de agosto del 2007.- Tal como informan las noticias, el mal ejemplo expande y el día de hoy el protagonismo periodístico le tocó a un chofer de la región Callao, al habérsele encontrado en su vivienda productos destinados a los damnificados de Cañete, Pisco, Chincha e Ica, por el reciente sismo.

Con pulcritud en su vestir, su vehículo y su hablar, el conductor expresó en voz alta su indignación por la noticia, aunque sin procacidades de por medio. Actitud que –me refiero a la ausencia de ajos y cebollas– imagino se debe en parte a su reglamento empresarial, pues pertenecía a una compañía de servicios de taxi, cosa que yo ignoraba cuando abordé el vehículo.

“¡Es un atorrante!”, dijo categóricamente agregando casi la misma frase del chofer del día de ayer “¡Con tantos niños que se están muriendo de hambre en el sur!”. Calificó de desalmado a Héctor Roca Morales, el chofer de las noticias, pues dijo que debería sentirse agradecido de tener una casa, a diferencia de los sufridos sureños que han perdido sus bienes y sus familias.

Recordando lo que vio en las noticias del día anterior, dijo que el acusado tiene una bodega y que seguramente en ella hubieran acabado la leche, arroz, atún, azúcar y frazadas que sustrajo. Alegrándose de que haya sido capturado expresó su deseo de que le caiga todo el peso de la ley –hasta 10 años de prisión, según los informes.

La ayuda no sobra


Lima, miércoles 22 de agosto del 2007.- Con procaz indignación, el quincuagenario chofer que me transportó ayer adornó de copiosos e insultantes adjetivos a María Rosas García, la subgerente de Defensa Civil del municipio de La Victoria, quien desde el lunes capturó la atención de las autoridades y la prensa al haberse comprobado que descargó en su vivienda donaciones recolectadas para los damnificados del fatídico terremoto que afectó gravemente Pisco, Chincha e Ica, el pasado miércoles 15.
Para este taxista no había duda. No se trató de un malentendido y no creyó en las buenas intenciones declaradas por la sorprendida funcionaria, quien alegó… Bueno, ya he visto en las noticias más de una versión al respecto: que si fue por lo avanzado de la hora o por que se trataba de un excedente de lo recolectado, lo que originó que las donaciones terminaran en su morada. Ninguna versión satisfizo al conductor.

“¡Cómo va a ser un excedente! ¡Es una …! Con tanta criatura que se está muriendo de hambre allá en el sur”, vociferó. No reproduciré la totalidad de adjetivos empleados por el –para entonces– contrariado taxista.

Con su leve acento andino, también desestimó la otra versión sobre lo avanzado de la hora. Si están recibiendo donaciones en todas partes, en la calle misma, pudo haberlas dejado en cualquier lugar, expresó el conductor, agregando que si era muy tarde también pudo haber ido a una comisaría para estacionar el camión por unas horas hasta que abrieran los centros de recolección.

viernes, 17 de agosto de 2007

Cóbrame lo que quieras


Lima, viernes 17 de agosto del 2007.- La devastación causada en Pisco, Chincha, Cañete e Ica por el terremoto del miércoles sigue siendo indudablemente el tema principal en las noticias. En Lima, a pesar que hubo lamentables pérdidas humanas y graves daños materiales, las consecuencias fueron abismalmente leves en comparación con las del sur del país. Pero la ciudad aún no vuelve a la normalidad y los comentarios respecto al evento se avivan con cada remezón de las réplicas que, dos días después, aún se dejan sentir. En cada taxi que abordo no se puede hablar de otra cosa más que del telúrico incidente, de cómo lo vivieron los conductores y del pesar que se vive por la gente del sureño departamento.

Uno de los taxistas que me transportó recordó que al iniciarse el sismo del miércoles se encontraba en el distrito de La Molina y su pasajero, quien acababa de salir del edificio frente al cual se había detenido el taxi, aún no subía al vehículo.

Al empezar la tembladera, presuroso el conductor le indicó a su cliente que subiera al vehículo para avanzar media cuadra hasta donde se levantaban viviendas de dos pisos y así alejarse del alto edificio frente al cual se encontraban.

Sin pensarlo dos veces el flaquito –como describió a su pasajero– subió al vehículo y rodaron hacia la zona segura. “Seguramente el pata vive solo –dijo, refiriéndose a su pasajero–. Porque si mi familia hubiera estado adentro yo me meto al edificio a buscarlos en lugar de irme”.

Esta mañana, la réplica sísmica sorprendió a este taxista detenido en una luz roja con una señora como pasajera. Confundiendo el leve sismo con el movimiento del auto, pensó que “la palanca estaba enganchada y por eso zapateaba”. Pero al bajar la mirada y ver el auto en neutro, supo de qué se trataba. Junto con su pasajera, que hasta ese momento no se había sobresaltado, comprobó el sismo al escuchar el reporte del locutor en la radio y ver a la gente desalojar presurosa los inmuebles, a su alrededor.

Otro taxista me comentó que después del movimiento y sin lograr comunicarse por celular con su familia, decidió irse a casa, recogiendo únicamente pasajeros que estuvieran en su ruta. Con el taxi ya ocupado, otros transeúntes le solicitaban por la ventanilla del auto a los pasajeros compartir el vehículo para que los acercaran a diversos destinos –recuerda el conductor sobre aquellos momentos de incertidumbre vividos por todos.

Entre los pasajeros que rechazó aquel día varios le suplicaron “Cóbrame lo que quieras, pero llévame”. El afán del taxista por llegar a ver a sus pequeños hijos y a su esposa lo mantuvo en ruta directa hacia el hogar. “Me hubiera hecho millonario ese día”, dijo en tono de broma, agregando que “si hubiera estado soltero seguro seguía haciendo taxi el miércoles”.

jueves, 16 de agosto de 2007

¿Cómo te sorprendió el temblor?


Lima, jueves 16 de agosto del 2007.- Casi todo el Perú quedó paralizado ayer durante dos angustiantes minutos, debido al fuerte sismo que nos sacudió. Tras la conmoción, el ingrato impacto para muchos peruanos fue ver la real magnitud de los daños ocasionados por el terremoto, principalmente en las ciudades de Pisco, Chincha e Ica. De más estaría hacer un recuento de este fatídico evento que hasta el momento lleva como saldo cifras que superan los 500 muertos, 1.150 heridos y un elevado número de familias damnificadas. La prensa nacional e internacional, que sigue minuto a minuto informando de los detalles de esta tragedia, ofrece incontables páginas y una asombrosa cobertura, con los pormenores.

Tan impactante acontecimiento, ha merecido ser sido el tema de conversación central en todo el país y por supuesto, ni siquiera tuve que abrir la boca para que el taxista hoy iniciara nuestra tertulia con la pregunta que, como pude comprobar, todo el mundo se hizo unos a otros el día de hoy: “¿Cómo te sorprendió el temblor?”.

A mi turno de formular la misma interrogante y de enterarme que el taxista iba en marcha sobre la Av. Argentina en El Callao a las 18:40 horas (instante del sismo), creció mi intriga por saber cómo se vivió la experiencia estando en un vehículo en marcha, ya que cuando los movimientos son leves pasan desapercibidos en un auto en movimiento. Procedió a contarme.

Tras un inusual y prolongado vaivén del auto, la primera conclusión a la que llegó este conductor, con unos 45 años encima y el doble de esta cifra en kilogramos, fue que se le había reventado una llanta. Inmediatamente lo sorprendió un semáforo en rojo y en torno a su auto de dos puertas la gente comenzó a circular frenéticamente; así que a ellos atribuyó los empujones que pensaba que movían su vehículo.

Cuando ya no hubo nadie a su alrededor, pero el baile del auto continuaba, la idea de un temblor invadió su mente levemente, tan levemente como pensaba que era la magnitud del sismo. Sin embargo el sobresalto vino cuando más y más gente se apoderaba de las pistas en huidiza carrera desde los inmuebles.

Súbitamente, con una mano en la manija –y la otra probablemente en el corazón– un transeúnte le pidió una carrera. Antes de que el taxista contestara algo se sumó la que parecía ser su esposa, convirtiendo la solicitud en un ruego para que los llevara a hasta la cercana Av. Faucett, para asegurarse de que sus menores hijos no hubieran sufrido daños.

Después de dejarlos a un par de cuadras de su destino debido a la congestión peatonal y vehicular, este conductor salió tan rápido como se lo permitieron los reclamos de los asustados vecinos del lugar, que habían invadido la pista para ponerse a buen recaudo.

Una vez que su auto agarró viada, nada lo detuvo –me relató el chofer– en su marcha hacia su casa, ni las decenas de manos que se alzaban en su trayecto solicitándole sus servicios de transporte, ni el posible buen dinero que hubiera podido sacar por ello.

Su meta era llegar a casa y ver a su familia, pues ya comprobaba lo que muchos peruanos a esa misma hora: la angustia de no poder comunicarse con los suyos, pues las líneas telefónicas estaban congestionadas de tal forma como no ocurre ni siquiera a las 00 horas de un año nuevo.

Entre irónico y reflexivo, y alguna risilla de por medio, agregó que quienes continuaron “taxeando” seguramente no tienen familia.

Por mi parte, aquel sacudido día, después de los intentos de llamadas familiares de rigor, algunas providencialmente exitosas, pensé que debía llamar a un servicio telefónico de taxis para llegar a casa. Felizmente esa llamada también funcionó. Esperé más de una hora la llegada de mi “unidad móvil”, pero sospechaba que aquella era mi mejor opción, pues a lo mejor la mía hubiera sido una de las tantas manos que se levantaron angustiadas sobre aquel pequeño vehículo de dos puertas y su regordete conductor.

[Foto: Con la tierra aún temblando, entre las pausas de los intentos de llamada, mi celular capturó algunas imágenes. Taxis y demás vehículos detuvieron la marcha por la temblorosa situación.

Los trapitos de García y Bachelet


Lima, 16 de agosto del 2007.- Los sísmicos acontecimientos del día de ayer ocasionaron que me quedara en la revisión del post antes de publicarlo. Respecto a ese texto, me pregunto qué opinaría el mismo taxista sobre las relaciones con Chile, luego de conocer que hoy el vecino país también ofreció su apoyo para paliar las consecuencias del terremoto. Así que antes de subir la entrega del día de hoy, presento este post escrito el día de ayer y que se quedó en el trémulo tintero.

Lima, 15 de agosto del 2007.- La noticia que acapara la mayoría de los titulares de hoy es la reacción de Chile en la controversia sobre los límites fronterizos marítimos entre el vecino del sur y nuestro país. El presidente Alan García salió a calmar las aguas, pero sobre las aguas en conflicto otros titulares ya anuncian desplazamientos militares.

Tras recordar los tiempos en que Michelle Bachelet y Alan García protagonizaban diversas actividades de acercamiento entre los dos países, el taxista propuso que tales muestras se debían a las grandes inversiones que el sureño país tiene en Perú. Indicó de esa manera, las relaciones en esta histórica revancha daban un giro hacia una promisoria buena vecindad. “Pero este asunto de la frontera vino a malograr todo”, dijo, agregando que no tenía claro cuál iba a ser el desenlace, pero que auguraba que “dentro de poco Alan y Bachellete se sacarán los trapitos al aire”.

Fuera del álgido asunto de los 38 mil kilómetros cuadrados de aguas marinas fronterizas en controversia, la pequeña nota periodística sobre la truncada huelga policial anunciada para el día de ayer hizo sentenciar al conductor “Sí, pues. No pasó nada”, dándole la razón a su colega del día lunes 13 (ver: Huelgas sin unión).

martes, 14 de agosto de 2007

El virus del silencio


Lima, 14 de agosto del 2007.- En estos días de intenso frío, matizado con inusuales rayos de sol matutinos que, tímidos, intentan vencer la densa capa de nubes limeña, al menos por algunos minutos, trato de alejarme de la gripe, pero parece ser ubicua.

Compañeros de trabajo con la nariz enrojecida, amigos y familiares con su dotación de pañuelos a la mano y estornudos ahogados por un trozo de papel justo antes de atomizarse, son panorama común en este momento de la estación más fría del año. Por supuesto, también están los taxistas con discretas –al menos en intención– sonadas de nariz, como el joven conductor de hoy.

Totalmente inmune a cualquier comentario que yo hiciera, sobre las noticias del día, el taxista me hizo pensar que tenía los oídos tapados y que simplemente había medio escuchado la indicación de mi destino cuando pactamos la transacción, antes de subir, y que la había terminado de interpretar leyéndome los labios.

Después de que dos periódicos habían pasado por mis manos, y sus polémicos titulares por mis labios comentando el llamado del canciller chileno a su país, o la balacera con tres muertos en Trujillo o hasta la tan promocionada drogadicción de Héctor Lavoe, el transportista no había pronunciado ni una sola palabra; así que empecé a pensar seriamente en lo de los oídos tapados, o algo peor.

Para salir de la duda hice una acotación sobre la ubicación de mi destino final preguntándole –sin voltear el rostro hacia él– si conocía esa calle y el mejor camino para llegar. Me contestó satisfactoriamente. Así que no había ningún problema con los oídos, pero al parecer sí con la nariz, pues como dije, aspiraciones nasales con acuosa resonancia se escucharon, discretas -eso sí- a lo largo del camino.

¿Algún problema personal lo mantuvo aislado de la conversación –más bien monólogo– durante el trayecto? ¿Seguía alguna regla auto impuesta de no establecer comunicación con los pasajeros salvo para definir el trayecto de la carrera? ¿Le caían aburridas las noticias? ¿O yo? ¿O simplemente el antipático virus apenas le dejaba ganas para guiar el timón?

Al bajar del auto no escuché ni un leve eco del típico “gracias” y, por si lo estuvieran pensando, no le regateé ni un céntimo de lo que me pidió antes de subir.

lunes, 13 de agosto de 2007

Huelgas sin unión

Lima, lunes 13 de agosto del 2007.- ‘No estoy detrás de huelga policial’, versaba un titular de la página de política en el diario, haciendo alusión Ollanta Humala, a quién sindicaban como el autor intelectual de este paro de las fuerzas del orden. “Eso es mentira”, aseveró el taxista, citando como fuente informaciones periodísticas que había escuchado en la radio. Los verdaderos autores de la huelga son los miembros del sindicato de la policía, según explicó, motivados por el deseo de plantear sus reclamos ante el Gobierno.

Con la misma seguridad de sus afirmaciones anteriores también predijo que el día de mañana la huelga no será un asunto de importancia, acotando que ninguna huelga en el Perú tiene éxito debido a la disparidad de intereses de los reclamantes. “No hay unión entre los huelguistas, cada uno tiene sus intereses propios, por eso nunca tienen éxito las huelgas en el Perú”.

Después de bajar del taxi recordé un post del mes pasado (Los huelguistas siempre ganan) en el que el taxista opinaba todo lo contrario. Opiniones totalmente enfrentadas. Al parecer en huelgas y colores tampoco han escrito los señores.

Tal vez sea discutible si el balance final de una huelga puede considerarse un éxito para quienes la protagonizan, pero sé que algunos de estos incidentes por lo menos han tenido tienen éxito en paralizar parte de la ciudad y ocasionar tremendos embotellamientos, malos ratos y caminatas obligadas a quienes osan cruzase en su camino (ver post “No bajo en la esquina”)

miércoles, 8 de agosto de 2007

Ningún chofer votaría por Castañeda

Lima, miércoles 08 de agosto del 2007.- Como venía relatando en el post anterior, en el trayecto de hoy de pronto el taxi pasó frente a un vehículo detenido por un policía lo cual fue óbice para que con indignación el conductor dijera que toda la plata recaudada por las papeletas de infracciones de tránsito “va para Castañeda”. El alcalde de Lima resultó acusado por este conductor de no dar explicaciones de a dónde va el dinero que el SAT cobra por las papeletas. “Ese desgraciado nos para exprimiendo”, exclamó refiriéndose a nuestro alcalde, agregando que continuamente las autoridades de tránsito emiten nuevas disposiciones que modifican las reglas vigentes.

“Uno va manejando tranquilo y de pronto lo detiene un policía por alguna maniobra que es normal –relató el conductor–. Cuando uno le dice (al policía) que no ha cometido ninguna infracción, responde: ¿No ha leído El Peruano (diario oficial donde se publican las leyes) de la semana pasada?”

La indignación del relato le dio cuerda para seguir con más comentarios al respecto. “Es por eso es que ese desgraciado (se refería al mismo de líneas arriba) no postula a la presidencia. Ya sabe que ningún chofer va a votar por él y la mitad de Lima es chofer”.

El zarpazo final lo dio diciendo que además gracias a las coimas que está sacando por las obras de la “estación central” (para ómnibuses, que se construye en el Paseo de los Héroes Navales) y la remodelación de la vía expresa de Paseo de la República, el burgomaestre limeño no necesita de la presidencia, pues así “se la lleva más fácil”.

Los ojos no engañan


Lima, miércoles 08 de agosto del 2007.- La tertulia motorizada del día de hoy tuvo un carácter misceláneo sobre los diversos titulares de la mañana. Sin embargo, una noticia propició mayores comentarios por parte del taxista. “Choque de buses en Panamericana Sur deja 17 muertos y 65 heridos”. La opinión de este conductor que bordearía los 50 años, es que muchos empresarios transportistas, buscando ahorrar costos, contratan a un solo chofer para tramos donde deberían turnarse el volante entre dos personas para descansar adecuadamente. Cuando una larga jornada recae en un solo conductor, el cansancio puede terminar venciéndolo, ocasionando fatales accidentes, indicó el taxista, explicando además otra grave situación.

“Un montón de choferes de viajes interprovinciales se coquean –afirmó– para mantenerse despiertos durante el viaje”. Sin embargo, la parte peligrosa de esta práctica radica en que excedido cierto número de horas, el cansancio se impone, sin importar los gramos que se inhalen, según precisó el conductor del taxi, añadiendo que bajo circunstancias normales, cualquier pequeño ruido o movimiento despierta al chofer si es que se ha quedado dormido. Pero si está bajo los efectos de estupefacientes y con un cansancio extremo oculto, esos mismos murmullos o sobresaltos no podrán sacarlo de su sueño.

Por eso antes de subir a un ómnibus, hay que mirar a los ojos al chofer. “Los ojos no engañan. Si están rojos…Muchas gracias, cambié de opinión, no voy a viajar”, es mejor decir y bajarse del vehículo, detalló el taxista.

En cuanto a otros titulares, sobre la noticia “CGTP quiere frustar TLC”, comentó que para desgracia de los revoltosos, la ciudadanía ya sabe desde hace tiempo que todas las marchas de protesta ocultan intenciones políticas y que la gente común no cree que se deban a reclamos justos de los trabajadores. El chofer recordó que la reciente marcha del Sutep acabó en un rotundo fracaso, pues el ciudadano común estaba de acuerdo en que los maestros se sometieran a evaluaciones. El pedido incoherente de los profesores radicales de no realizar tal evaluación hizo que perdieran la posibilidad de plantear otros reclamos que tal sí sean justos. “Peor aún –señaló- se terminaron de fregar porque Humala se sumó a su protesta”.
En nuestra marcha vehicular, súbitamente presenciamos un acontecimiento que paso a describir en el siguiente post.

martes, 7 de agosto de 2007

Esta cumbia no es para natachas


Lima, martes 07 de agosto del 2007.- Como anoto en el post anterior, la extensión del relato del taxista de hoy y la diversidad de la temática, hacen que coloque una segunda entrega sobre este mismo viaje. Esta segunda parte de la historia incluye detalles de un tema sobre el cual no conozco mucho, así que disculpen si no menciono con precisión algunos nombres o detalles de la movida cumbiambera de la capital.

El afán jueguero hizo subir a una pareja hace poco más de una semana al mismo vehículo en el que yo me transporté el día de hoy. Iniciaron su viaje en Chorrillos con destino al cono norte, hacia el “Complejo de la Panamericana Norte”, a un concierto popular con ocasión de las fiestas patrias.

La carrera fue de S/.15, según recuerda él mismo taxista y en el trayecto la preocupación monetaria del atribulado galán saltó en la conversación. La entrada al concierto era de S/.30 por persona (S/.60 por la feliz parejita) y una vez dentro, con la “paisanada” reunida, su aporte personal sería de un par de cajas de cerveza según calculaba Romeo y según hace memoria nuestro conductor. Pero, precisó el taxista, no se trata de cajas con las convencionales botellas de 620 ml. de espumante cerveza, sino de pequeñas y redondeadas botellas de tamaño personal con capacidad para solo casi un vaso. “Desconozco mayormente”, esta esférica presentación, tipo concierto, pues tampoco se trata de la clásica botella pequeña de 320 ml.

Aquel día festivo, en el multitudinario concierto, cada botella costaría S/.6 y la caja S/.120 (al parecer con 24 botellas del dorado líquido). Tras hacer cálculos, el taxista determinó con precisión que aquel galán chichero gastaría S/.330 (incluidos taxis, entradas y cerveza para la paisanada), cifra que dijo se elevaría a algo más de S/.400 soles con el telo de rigor incluido.

¡Cuatrocientos soles en una salida! Exclamó escandalizado. Yo puedo estirar ciento cincuenta soles hasta el cebiche del siguiente día –precisó. “Esas fiestas chicheras son para gente de otro ‘level’, uno piensa que se va a encontrar con las natachitas, pero no es así”, explicó con conocimiento de causa, pues pasó a relatar su propia experiencia en las lides de la cumbia.
“Si vas a un concierto de Pedro Suárez solo tienes que pagar la entrada, pero acá además debes poner el consumo”, me ilustró.

Con motivo de la fiesta de San Juan, un familiar lo invitó al Tangarana en Los Olivos (local que también “desconozco mayormente”). Estacionados en la entrada relucían brillantes varios autos del año incluyendo voluptuosas 4 x 4. Una vez dentro su familiar empezó a señalarle a algunas damitas a quienes no debía insinuarse ni siquiera con el rabillo del ojo. “¿Ves a esa flaca?” Le decía su ‘causa’. “Ni la mires, es mujer de un narco. ¿Ves a esa otra? Tampoco la mires, si no quieres problemas”. “Ahí va gente de peso –continuó mi narrador–. No solo narcos, sino madereros, comerciantes…”

Todo ese público potentado de los conos, como lo describió el taxista, mueve harto billete, chochera –me decía. Ese billete puede verse estacionado en flamantes camiones de 150 mil o 240 mil dólares pertenecientes a los grupos musicales, según daba fe el conductor, pues los había visto parqueados en cada una de las fiestas chicheras a las que había transportado felices parejitas, incluyendo lugares como el Guadalupano (otra vez, “desconozco mayormente”).
Con aire reflexivo anotó que todo el dinero solo se lo llevan los dueños del grupo. Por ejemplo, Dina Paúcar tiene una jataso en La Molina y carro del año, pero sus músicos viven en la punta del cerro y no tienen ni para el taxi. Carcajada al comentario.

Una vez tuvo como pasajero a un músico del grupo Camagüey, quien le confesó que le pagaban treinta soles por hora de presentación. “¿Y los ensayos?”,Inquirí. “No. Esos no cuentan ‘pe’”. Carcajadas nuevamente. Según reveló el músico, para su fortuna, tienen dos o tres presentaciones diarias, de martes a domingo y solo descansan los lunes. Pueden ustedes sacar su cuenta, considerando que cada concierto no dura más de dos horas, cual puede ser el ingreso de un artista como este, según la versión de nuestro transportista que después de todo sí resultó ser extrovertido y desenfadado.

Desde las preocupaciones jueguero-financieras de un galán de concierto chicha hasta la remuneración de un músico cumbiambero, pasando por los camiones y autos del año de los aclamados cantantes del pueblo, esta carrera me ilustró sobre las cifras que puede mover el acaudalado mundo de la música popular.

Deyvis Orosco es un figureti


Lima, martes 07 de agosto del 2007.- Aveces la apariencia de una persona puede causar una primera impresión clara, pero otras veces esta puede ser difusa. El aire de treintañero extrovertido y hasta cierto punto desenfadado del taxista del día de hoy me mantuvo intrigado durante la mitad del viaje, pues su conducta parca desentonaba con la figura descrita. De su boca apenas salían acotaciones monosilábicas mientras yo comentaba algunas noticias de las páginas interiores del diario: “Mulder se fue de boca con aumento de la RMV (Remuneración mínima vital)”, “El precio del pan se irá por las nubes”. Quedó claro que estos no eran sus temas de conversación, hasta que llegué a la noticia de la primera plana: “El nuevo Néctar – Grupo ahora liderado por el hijo de Johnny Orosco vuelve el domingo”.

A partir de ese momento, casi a la mitad del trayecto, el taxista tuvo tanto que contarme que será mejor dividir esta “carrera” en dos posts. Aquí va la primera parte.

Contrastando con el mar de fans del grupo Néctar que ven en el hijo del fallecido líder a su sucesor, nuestro transportista tenía opiniones poco favorables sobre el joven cantante que hoy acapara titulares.

“Deyvis Orosco es un figureti” aseveró rotundamente el chofer y pasó a sustentar su postura, comenzando por recordar que el día del funeral de su padre, el muchacho parecía haberse vestido “para ir a recibir el Grammy” y no para una luctuosa ocasión. También hizo memoria de las imágenes emitidas por televisión durante la cobertura del homenaje al fenecido grupo intérprete de “El arbolito”, donde el jóven Orosco dio una triunfal vueta olímpica en el estadio en el que se celebraba el tributo. “Él se alucinaba Gian Marco o Santana. Piensa que los fans lo aclaman a él y no a su padre y su grupo”, sentenció indignado el taxista.

El conductor tenía aún más comentarios sobre este cantante de cabello bicolor, catalogado por algunos titulares como el metrosexual de la chicha. “El hombre se presentaba como héroe –continuó con su explicación el profesional del volante–. Anunciaba a todo el mundo que él iba a traer los restos de su padre y de los músicos” (fallecidos en la tragedia de Argentina). Agregó que ese trámite lo podría haber hecho cualquiera, pues de todos modos los restos tendrían que repatriarse; así que de héroe… ¡Nada!

Con la misma indignación contrastó también la conducta exhibida por el muchacho con la de su madre, esposa del cantante, a quien en todo momento se le apreció en las noticias con el rostro acongojado y nunca dio declaraciones a la prensa. “Si mi padre muere, no pensaría ni siquiera en cambiarme de ropa y menos en conversar con la prensa”, acotó el taxista.

lunes, 6 de agosto de 2007

El que se pica, pierde


Lima, lunes 06 de agosto del 2007.- “400 mil carros de la muerte” anunciaba la primera plana de un diario el lunes 06 mientras las letras más pequeñas detallaban que esa era la cifra de vehículos sin SOAT (seguro obligatorio de accidentes de tránsito). “Si pues –asentaba sabiamente– el conductor de cabello entrecano y hablar pausado –muchos carros andan sin SOAT. ¡Cómo vas a andar sin SOAT, aunque tengas un carro particular! Te descuidas un momento y puedes chocar. Y si eres taxi y sale herido el pasajero ¡peor!”.
Enseguida me relató que una semana antes dejó su vehículo en el taller y ese día se convirtió en ser pasajero de otro taxi para regresar a casa. El destino o la provocación de no exhibir la calcomanía respectiva en el parabrisas hizo que un policía detuviera el taxi en el que viajaba como pasajero este taxista del vehículo en reparación.
Cuando el guardián del orden le pidió al conductor que le mostrara sus papeles del SOAT, el chofer le indicó que lo había olvidado en casa.
“Cómo te vas a olvidar en casa el SOAT, si es parte de tu trabajo. Ese no tenía SOAT”, sentenció mi entrecano locutor. Continuó su relato diciendo que el chofer de esa carrera inició una acalorada conversación con el policía en la que lo tildó de abusivo por pedirle los papeles y no comprender que “se le habían olvidado en casa”. Como resultado el carro fue llevado al depósito.
“Si te pones bravo o te picas, pierdes”, me dijo en plan de venerable anciano dándole consejos a su novel aprendiz. “Lo mejor es –continuó– aceptar tu error con humildad y decirle al policía que se te olvidó en casa o que el chofer del otro turno del taxi no lo dejó en su sitio”. Según el conductor con esta fórmula se tiene mejores opciones de lograr la indulgencia del custodio.
Recordó que en una ocasión un pasajero se bajó repentinamente en medio de la pista aprovechando el estancamiento de los vehículos por el tráfico. Tal situación, merecedora de una papeleta, fue advertida por un policía quien de inmediato lo detuvo. Con un discurso calmo le indicó al efectivo policial que no había sido su intención que ocurriera el incidente. Que lamentablemente el pasajero bajó abruptamente y quiérase o no la falta estaba hecha y que comprendía que era merecedor de una sanción de ley.
La sanción solo fue una amonestación para que intentara que no volviera a ocurrir una imprudencia similar en su vehículo.

jueves, 2 de agosto de 2007

El sueldo mínimo será de S/.575 (o algo así)

Lima, jueves 02 julio del 2007.- En el post de hace dos días toque el asunto del proyecto de incremento del sueldo mínimo; desde entonces por más que intento llevar la tertulia con los taxistas hacia otros terrenos, aquel parece ser un tema inevitable de conversación.
El día de ayer el taxista que me transportó sacó cálculos y dijo que percibe un ingreso de unos S/.1.400 mensuales líquidos (aseguró obtener hasta S/.450 en fines de semana especiales). Estas cifras lo alientan a seguir frente al timón y no pensar en un trabajo de ocho (10 o 12 en la práctica) horas diarias para recibir su RMV, siglas que han saltado a los titulares en estos días: remuneración mínima vital.
Pero sobre los menesteres de padre, que al taxista del post anterior lo mantienen como “cliente frecuente” del Hospital del Niño, es decir, el cuidado de la salud de sus hijos, el conductor de ayer relató tener el asunto resuelto. Cuando aun tenía un trabajo en planilla que no superaba los S/.700 decidió dedicarse de lleno a la motorizada “carrera” de hacer “carreras” y le comentó con preocupación tal decisión al médico que solía atender a sus hijos en un establecimiento afiliado a Essalud en el distrito de Independencia.
El galeno, lo animó a seguir firme en su decisión y le indicó que no se preocupara, pues lo seguiría atendiendo en forma particular, pagando solo S/.10 por consulta, en lugar de los S/.15 que cobra habitualmente. Así lo viene haciendo hasta el día de hoy, según relató este chofer sobre su médico familiar, de quien además comentó que está transformando su consultorio en un policlínico.
El taxista día de hoy, era algo mayor que el del día de ayer; calculo que superaba las cinco décadas y tenía urgencia por hablar sobre la ya famosa RMV. Deduzco que el motivo era darme a conocer que tenía información privilegiada entre manos, provista por un infidente pasajero, empleado del Ministerio de Trabajo. De inmediato pasó a detallarme la información clasificada, ahora desclasificada y proporcionada como yapa a la breve carrera de taxi. De acuerdo a su fuente, la bulla levantada en torno al sueldo mínimo ha sido cuidadosamente preparada. Con expresión severa de estratega político, me reveló que antes del anuncio presidencial el Gobierno ya había llegado a un acuerdo con el sector empresarial para fijar el sueldo mínimo en S/.575, o una cifra parecida, que no recordaba. ¡Cómo podía este taxista transmisor de infidencias de trascendencia nacional haber olvidado el número clave de todo este “secreto” asunto!
En fin, pactado ya el aumento, solo quedaba el anuncio de la noticia, lo cual según la misma infidente fuente era la ocasión que el presidente García ganara algunos bonos apareciendo como el gestor de esta iniciativa para la clase trabajadora.
Antes de bajarme del vehículo me repitió lo que su fuente le remarcó “Acuérdese de mí, el sueldo mínimo será de S/.575 (o algo así)”.