lunes, 1 de septiembre de 2008

Envío de Lifeblog


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lun 01/09/2008 23:26 01092008139 La puerta

El envío de una botella


El envío de una botella
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lun 01/09/2008 22:15 01092008137 este es el título de la foto Y acá va un texto de demostración

jueves, 22 de mayo de 2008

Comenzó 3DMM


Comenzó 3DMM
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jue 22/05/2008 11:55 22052008062 Con la participación de más diversos especialistas en comunicaciones se iniciaron las jornadas de mass media en la Universidad de Piura.

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jue 22/05/2008 11:55 22052008062 Esta mañana

miércoles, 21 de mayo de 2008

Botellas


Botellas
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mié 21/05/2008 04:48 21052008060 Estas son unas botellas

miércoles, 24 de octubre de 2007

Recuperar la memoria

Lima, 24 de octubre del 2007.-

Solamente una vez, amé en la vida.
Solamente una vez y nada más…

…trinaba Javier Solis, en calidad monoaural en el pulcro, aunque algo desvencijado, auto compacto el día de ayer. No suelo fijarme en la marca del vehículo, por eso no lo recuerdo. Además, me enteré que era Javier Solis quien cantaba el melodioso bolero porque lo dijo el locutor de la radio. La ignorancia me ha puesto ha indagar sobre el origen de la tonada, pues también he leído referencias de la misma popular canción, citando a Agustín Lara.

De unos sesentaitantos años y de estilo prudente para conducir, el chofer disfrutaba de aquella música, pues tras cerrar conmigo el trato de la carrera, inmediatamente volvió a subir el volumen a su receptor.

De tanto en tanto, el locutor recordaba a sus radioescuchas que estaban en la sintonía del programa “La catedral del bolero”. En medio de la apacibilidad que puede provocar un bolero, este amable chofer, de frente amplia, vio una foto en el periódico que yo sostenía en mis manos y la nostalgia musical se fue por los suelos.

“¡Ese desgraciado!”, gruñó. La foto era de Julio Espinoza, el ex jefe del Seguro Integral de Salud (SIS) quien se entregó a la justicia, en medio de investigaciones y denuncias de sobrevaloración en las compras de alimentos para los damnificados del terremoto de Pisco.

Apenas empezó su retahíla de improperios, nada “bolerísticos”, contra el ex funcionario agregó “Igual que el otro”. Intuyendo de a quién se refería busqué la correspondiente página en el periódico y le pregunté “¿Este?”. “Sí –respondió- ese otro desgraciado”.

Esta vez se trataba de Paul Asurza, el empleado del INEI que arguye sufrir de lagunas mentales, que ocasionaron que olvidara pagar a los censadores a su cargo, los 11 mil soles correspondientes. Las noticias ya habían dado cuenta días atrás de que en represalia los censadores quemaron las actas del censo.

Una vez nada más se entrega el alma
con la dulce y total renunciación…

…continuaba Javier Solis, mientras que el ahora airado taxista repetía: “Pobres muchachos.”, “¡Qué son diez soles que van a recibir!”. Se lamentaba por los afectados del supuesto olvido del funcionario y también de que ahora el censo, del domingo pasado, tendrá menos información para cumplir su propósito, por las actas quemadas.

“Si lo tuviera en frente… ahhgg” – dijo apretando los dientes y cerrando el puño bruscamente. Lo quedé mirando expectante para que definiera cómo encausaría su furia contra el olvidadizo Asurza. “Lo mandaría a la cárcel”, precisó.

Un bolero después, el justiciero chofer ya estaba más calmado. Ya había empezado la tanda comercial de “La catedral del bolero” la cual nos resultó jocosa, pues una locutora anunciaba más o menos algo así: “¿Señor, señora, no sabe dónde deja las llaves? ¿Se le olvidan las cosas?” y continuó con otros ejemplos de olvidos antes de animar a sus radioyentes a conocer la solución a la pérdida de la memoria sintonizando su programa sobre medicina natural. No recuerdo el nombre del programa promocionado pero calculo que basta una llamada a la radio de “La catedral del bolero”, para que quien esté interesado obtenga la información.

La risa no se hizo esperar junto con el comentario irónico del taxista de que “el desgraciado ese debería sintonizar el programa”.

sábado, 20 de octubre de 2007

Financieras de la confianza. 2da parte

Lima, 20 de octubre del 2007.- El destino cruzó en mi camino nuevamente hace un par de días al taxi del patita del post “Financieras de la confianza”, del 3 de octubre. “Creo que yo te he llevado antes”, dijo el conductor. Hice memoria, recordé su rostro, su post y le contesté: “Sí. Ya lo recuerdo. ¿Cómo van las juntas?” y el viaje fue la continuación de nuestra tertulia pasada, prácticamente para comprobar que su economía continuaba consolidándose.

Me contó que ahora solo debía cinco cuotas de la junta en la que se embarcó para pagar el préstamo para comprar su auto, el mismo en el que viajé la vez pasada y el mismo de esta carrera.

También relató que su hermano decidió retirar el dinero de la junta por lo que ganó el remate respectivo con el 8% de interés.

Sintiéndome casi en una de mis entrevistas de trabajo, le pregunte que cuando termine de pagar este préstamo, cuál sería su siguiente proyecto financiero. Sin dudar contestó que ya está planeando adquirir otro vehículo para que lo “taxee” un chofer. Esta vez el proyecto será más ambicioso y será un carro “seminuevo”.

Tras las preguntas necesarias para la aclaración respectiva estas serían las categorías de los vehículos de segunda mano:

- Usado (con más de 5 años de antigüedad)

- Seminuevo (con menos menos de 5 de antigüedad)

Un carro “seminuevo” bordea los US$9.000, pero con los intereses te sale por US$13.000, me dijo. Para esta nueva aventura ya realizó las averiguaciones necesarias en la asociación “Mano de Dios”, entidad que presta servicios diversos a los taxistas afiliados, entre estas prestaciones se encuentra el financiamiento de automóviles.

Después de inscribirse se pagan US$25 semanales, mientras no se obtiene el vehículo. Al tenerlo, se pasa a pagar US$75 semanales. Uno puede solicitar un auto, una station wagon o una 4 x 4, inclusive hasta se puede pedir dinero en efectivo (hasta US$ 7.000 según tenía entendido el muchacho).

Este joven padre de familia, pedirá una station wagon, pero a pesar de que será mas nueva, el se quedará trabajando con su auto viejito, pues prefiere este modelo. Quedé intrigado con la razón de su preferencia. Reveló que aparte del gusto por la apariencia del automóvil sobre la figura de la camioneta, lo hacía para no efectuar carreras en las que tuviera que cargar bultos en la maletera. Interesante postura de este emprendedor, quien no ve la falta de maletera como una limitación, sino como una comodidad para él mismo.