sábado, 6 de octubre de 2007

A.P.R.A. y A.L.A.N.

Lima, 06 de octubre del 2007.- Mientras hacíamos un recuento de los detalles estadísticos sobre el descenso de la popularidad del aprista presidente García, con tono severo el taxista interrumpió: “¿Tú sabes lo que significa Apra?”

Desconcertado por la elemental pregunta, pensé que el conductor quería asegurarse de no estar hablando con un bisoño en política popular. Con la misma seriedad, pero con aire dubitativo contesté: “Alianza Popular Revolucionaria Americana”.

Desviando la vista del camino por un segundo, me miró directamente. Ese instante me hizo retroceder a la época escolar, sintiéndome en un examen oral frente al profesor de historia del Perú, en el segundo año de secundaria –creo– cuando aprendí el significado de tal acrónimo político.

Un breve silencio precedió a lo que yo esperaba que fuera su aprobación o alguna otra explicación. Pensé inmediatamente en algún misterio histórico obviado por mi memoria o un reciente cambio en el acrónimo, del cual no estaba yo enterado.

“Eso mismo decía yo –pronunció por fin– cuando mi hijo de 10 años me hizo la misma pregunta”. Entonces entendí por dónde iba el asunto. “Alan patea rico atrás”, sentenció justo antes de soltar una carcajada.

Reveló que frente a la pregunta pensó que su retoño andaba interesado en la actualidad política, me explicó que el chiste lo había aprendido en el colegio y dijo estar sorprendido: “Esos cojudos tienen 10 años y mira lo que hablan”. Carcajadas, nuevamente.

El viaje concluyó entre risas con otro gracioso acrónimo, también cortesía de su vástago. “Alan: Arroz, Leche, Azúcar, No hay”.

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