sábado, 20 de octubre de 2007

Mejor que el fútbol peruano, Discovery Channel

Lima 20 de octubre del 2007.- El jueves 18 de octubre, tras la derrota 2-0 contra Chile del día anterior, al taxista le resultó inevitable hablar del tema. Su gruesa figura, de adiposa relevancia abdominal, no revelaba al jugador semiprofesional que había sido en su juventud, según me contó.

Apasionado por el balompié, el taxista, cercano a las cinco décadas, encontró el origen del nuestro lamentable fútbol nacional en la FPF y en el cambio de esquema de las ligas. Recordó que en sus tiempos mozos, cada barrio tenía una escuadra, inscrita en la liga, de tercera categoría, de su respectivo distrito. Se realizaban campeonatos y el camino hacia la primera división era mucho más extenso que hoy en día. Por eso, argumentó, había mayor competencia y por ende el fútbol era mejor.

Pero también reconoció que muchas escuelas de fútbol hoy en día toman el asunto con una visión más profesional, pues en tiempos de la adolescencia de este señor, todo era más que nada por amor al deporte. La carrera de taxi le dio tiempo para enumerar más de una decena de clubes de Breña, su barrio cuando niño. También recordó con nostalgia la anécdota de cuando su equipo quedó descalificado en el campeonato más importante de barrios, al cambiar súbitamente -los organizadores- los días de juego a los domingos.

A la sazón de los 15 o 16 años que tenían los jugadores de su equipo, tal decisión no podía ser más terrible, pues solían salir de juerga los sábados por la noche, bien enternados, “porque a las fiestas se iba en terno”, acotó con añoranza, y agregó además salían ya equipados con el maletín de deporte en la mano, para el juego del siguiente día, pues pasaban directamente de la diversión a la competencia.

Obviamente, el domingo por la mañana en la cancha los contrincantes parecían pasar por su costado a la velocidad de la luz, sin darles tiempo siquiera a despegar el pie del suelo.

También le quedó tiempo para comentarme de uno de sus grandes compañeros, el mejor jugador de este equipo de barrio, quien se perfilaba como un astro del fútbol. Sin embargo, siendo aún menor de edad, los padres del brillante compañero decidieron romper un jugoso cheque de un club local que pretendía ficharlo, pues le dieron prioridad a que tuviera una carrera universitaria. Agregó que su amigo hubiera llegado a ser uno de los mejores cracks del fútbol peruano, ya que tenía los dotes para ello. Hoy es un exitoso abogado, dijo.

Con tanta afición en sus venas, su pasión por la expectación del fútbol no podía ser menor que su desesperación cuando la escuadra peruana iba perdiendo frente a Chile, el pasado miércoles. “Yo reniego cuando vamos perdiendo”, confesó, y dijo que su familia y amigos le aconsejan que no lo haga, pues tendrá muchos malos ratos viendo jugar al equipo peruano. Me contó que hasta su pequeña hija de cuatro años le aconsejó que para que no sufriera, mejor no viera el partido, diciéndole: “Papá, mejor pon Discovery Channel”.

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