sábado, 20 de octubre de 2007

Depende del vehículo con que se mire

Lima, 20 de octubre del 2007.- Hace 10 días que no he podido postear. Así que con fecha de hoy saldrán cuatro entradas en las que he recogido las tertulias más interesantes de estos días.

El primer post será el absurdo y fracasado paro de transportes; el segundo, las predicciones para el partido contra Chile; el tercero, sobre el fracasado partido de fútbol de nuestra selección y para no seguir hablando de fracasos el cuarto será una alentadora crónica del progreso que se logra con el ahorro y el trabajo: la segunda parte del post “Financieras de la confianza”.

Vamos con el primer tema. Para delimitar el contexto, el pasado lunes 15 se desarrolló un paro de transportes. Esta vez los transportistas reclamaban que se eliminara el monopolio en las revisiones técnicas, pues es una sola empresa la encargada de verificar el buen funcionamiento de los vehículos, gracias a que ganó la licitación correspondiente.

Días previos al paro un taxista me decía que estaba en contra de la medida de fuerza, pues le parecía saludable que se realizaran las revisiones técnicas. Lo del monopolio lo veía solo como un pretexto para no reparar los automóviles. Este muchacho no era dueño del vehículo en el que nos desplazábamos y explicaba que como chofer le convenía trabajar en un vehículo en óptimas condiciones técnicas; sin embargo –decía- son los dueños quienes no desean desembolsar el dinero para las reparaciones y por eso han buscado el pretexto del monopolio. El pata contaba que la dueña del taxi que conduce, tiene otros cinco vehículos, algunos de ellos “echan humo como locomotora”, así que puede tratarse de gastos considerables en reparaciones.

Contrariamente, un par de días después, otro taxista estaba de acuerdo con el paro, a pesar de que tampoco era suyo el vehículo con el que trabajaba. Pero su convicción no tenía nada que ver con el monopolio, lo cual también le pareció una tonta excusa. ¡Qué le importaba el paro! Este compadre, un poco mayor que el pata anterior, estaba más preocupado por los reclamos contra el alcalde Castañeda. Decía que había muchos abusos por parte de esta administración edil, los cuales debían cesar. El paro, si bien no tenía asidero, era una forma más de demostrar el descontento contra el burgomaestre limeño, opinaba.

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